Pasapalabra

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Por: Esteban Velásquez N. Diputado por la región de Antofagasta (Federación Regionalista Verde Social)


“Si el Puerto de Antofagasta está contaminado, la autoridad debe cerrarlo ya”. Estas palabras dan a entender el desprecio por el terruño que vio nacer a uno de los empresarios más ricos de Chile, quien ante la saturación de contaminación que produce explotando el Puerto de Antofagasta, se lava las manos y le traspasa la responsabilidad al Estado.

Al empresario no le basta con la contaminación que producen sus mineras en que tiene más del 50% de participación: Los Pelambres (50%), Antucoya (70,0%), Centinela (70,0%) Zaldívar (50,0%). ¿Sabrá acaso que Calama, Antofagasta, Mejillones y Tocopilla entre otras comunas, están saturadas de contaminación?.

Existen deberes de todo ciudadano con su patria, y este es uno de ellos: asumir la cuota de responsabilidad que a cada uno le toca en la vida comunitaria del país, por lo que las empresas deben hacerse cargo de su cuota en la contaminación con que día a día viven, enferman y mueren los conciudadanos de nuestra región de Antofagasta.

No es posible que sólo los beneficios sean para el privado y en lo demás se responsabilice al Estado. Los yacimientos mineros son del Estado, al igual que el puerto; y tanto las mineras como el puerto están concesionadas a privados, quienes las explotan y se benefician, y está bien en la medida que el Estado y todos sus ciudadanos se benefician, pero no está bien en cuanto vemos a niños y ancianos morir de cáncer al pulmón y no se hacen cargo.

¿Acaso porque los yacimientos mineros son del Estado y las concesionarias mineras explotan y contaminan, es el Estado el responsable y por tanto debe cerrarlas quitando miles de empleos e ingresos para la región y el país? Claramente no, y traspasarle toda la responsabilidad al Estado es un exceso, un acto baladí.

Es necesario que las empresas se hagan responsables de la contaminación, para reducirla y sanear las zonas de sacrificio, porque de nada vale que las empresas hagan donaciones, construyan plazas, canchas y estadios, si le quitan la vida a los seres humanos; de nada valen las regalías mineras cuando una madre ve morir a sus hijos. Si el empresario insiste en que el Estado es responsable, comenzaremos entonces por la nacionalización o expropiación por interés público, porque los nortinos nos defenderemos.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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