[Opinión] La evolución del satélite y lo que significa para la conectividad en América Latina

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Por: Daniel Losada. Vicepresidente de División Internacional de Hughes Network Systems


Los últimos años fueron de una acelerada evolución en la conectividad. Las redes móviles escalaron hasta el 5G y las fijas comenzaron a migrar del cobre a la fibra, mostrando una mejora constante en prestaciones y características. Lo mismo ocurre con los satélites que, como consecuencias de mejoras tecnológicas constantes, hoy ofrecen más capacidad y menores costos para llevar la conectividad a literalmente todos los rincones del planeta.

Estas características hacen del satélite un gran aliado en la búsqueda de la conectividad total de la región, donde habitan 123 M de personas en zonas rurales y que no están incluidas digitalmente. Una brecha que no podemos permitir que subsista.

Los satélites de alta capacidad permiten llegar, de manera inmediata, a regiones remotas donde la conectividad terrestre no es económicamente viable. A partir del momento en que un satélite está operativo, hogares y pequeños negocios pueden ser puestos en línea en apenas días, sin tener que esperar por un costoso cableado que tarda mucho en llegar. Es por eso que la tecnología satelital fue elegida para conectar cerca de 10.000 escuelas en 12 meses en Colombia.

Los satélites son un eslabón clave en la solución al desafío de conectividad en la región, la cual se encuentra frente a un escenario más favorable que nunca, con nuevos lanzamientos que aumentan capacidad y cobertura. Una pauta da el hecho de que con la puesta en operación del nuevo satélite, el Jupiter 3, a mediados del 2023, se duplicará la capacidad provista por los satélites Jupiter actualmente en servicio.

Esta mayor capacidad y cobertura de las redes satelitales permite no sólo conectar escuelas y centros de salud en áreas remotas a través de iniciativas gubernamentales. También habilitan la conexión de la población en general a través del Wi-Fi comunitario.

Con un punto de acceso Wi-Fi conectado a una antena satelital, la solución de Wi-Fi comunitario satelital ofrece de forma rápida y fácil servicios de Internet de alta velocidad a cientos de usuarios a la vez. Ya sea como obligación de Servicio Universal o a través de un modelo de suscripción compartida, el Wi-Fi comunitario permite ampliar el acceso a Internet a comunidades carentes de servicios o con servicios insuficientes. Un medio eficaz y eficiente para gobiernos y operadores que buscan reducir la brecha digital.

Asimismo, el satélite también colabora en la reducción de la brecha digital al conectar antenas celulares y llevar el servicio a zonas remotas donde las conexiones terrestres no son económicamente viables. En este caso, actuando de lo que técnicamente se conoce como Backhaul o red de distribución. Mientras que el costo del backhaul terrestre (por cable o radio) que conecta a cada una de las antenas varía en función de la distancia al centro de la red, la conexión backhaul por satélite está disponible de forma ubicua y rentable, independientemente de la distancia. Y en forma inmediata.

La combinación de Wi-Fi comunitario y backhaul para redes móviles marcan que el satélite no compite sino que complementa a las redes fijas y móviles, extendiendo su cobertura. De esta forma, realiza un gran aporte al permitir conectar las comunidades hoy desconectadas, reduciendo la brecha digital, mejorando la inclusión e impactando en el desarrollo social y económico de los países.

En Latinoamérica, con sus enormes extensiones geográficas y población en los lugares más remotos, el satélite es un factor clave para lograr el objetivo de la inclusión total en los próximos años. La oportunidad es ahora.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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