[Opinión] La ciudad de la eterna inversión

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Por: Luis Herrera Thomas. Presidente CChC Arica


Wrangler y General Motors son ejemplos de antiguas y grandes empresas que estuvieron y trabajaron en Arica entregando miles de puestos laborales, pero por diversos motivos se fueron, dejando un vacío en el barrio industrial y un triste episodio en la historia de esta zona.

Lastimosamente no hemos podido lograr que firmas de envergadura lleguen a la región, quizás no industriales, pero sí asociadas a la estrategia de desarrollo: turismo y logística; penosamente cuando asomó la posibilidad de inversión éstas se diluyeron, quizás por nuestra incapacidad o por la excesiva burocracia, construyendo una sensación de incertidumbre en todo Arica; considerar que entre el 2009 y 2018 solamente el 32% corresponde a edificación relativa a industria, comercio y servicios. Muy poco.

Casos históricos de buenas intenciones hay muchas, como el hospital de la solidaridad o la instalación de un cine en el borde costero (de capitales bolivianos). A nivel público podríamos llenar una biblioteca con todos los estudios e informes que se han realizado (Livilcar, Museo Chinchorro, el Consistorial y centro cívico).

En qué momento dejamos de ser competitivos, en qué momento dejamos de generar puestos de trabajo, en qué momento vimos crecer a Tacna e Iquique sin tomar las medidas correctivas convirtiéndonos en una zona de paso para las grandes inversiones; considerar que nuestro PIB apenas alcanza el 0,8%, el segundo más bajo del país, casi 3 veces menos que Tarapacá.

Que lleguen grandes firmas no debe asociarse al éxito de una élite empresarial local o de unos pocos, sino al triunfo de toda una comunidad, ya que más recursos son más puestos de trabajo, es mejorar la calidad de vida y lograr que la masa crítica (profesionales) y mano de obra no tengan que migrar en busca de oportunidades; en definitiva todos ganan.

Hoy debemos unirnos y generar las condiciones para que la región atraiga inversionistas y no dar señales equivocadas, nos falta mucho, es verdad, pero desde ya debemos enmendar el rumbo, porque construir Arica y Parinacota es obra de todos.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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