Los desafíos nacionales para alcanzar la “Economía Digital Primero”

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Huawei explica este tipo de economía se caracteriza por el uso intensivo de datos, Inteligencia Artificial y activos verdes.  En el caso de Chile, el 22% del PIB corresponde a economía digital


Todos los sectores de la economía -en mayor o menor medida- han pasado a depender de la tecnología e internet y muchas organizaciones están adoptando el concepto de Economía Digital Primero, cuando se trata de desarrollar nuevos productos, servicios y modelos de negocio. Esta tendencia incluye la proliferación masiva de datos, mayores inversiones en soluciones de Inteligencia Artificial (IA), uso intensivo de Nube y una creciente demanda de tecnología verde sostenible.

La Economía Digital Primero (EDP) se define como una economía que evoluciona desde una etapa dirigida por la infraestructura de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), en la que la conectividad y la computación son el centro de atención, a otra que sigue siendo dirigida por la infraestructura de las TIC, pero que es habilitada por una combinación sinérgica de uso intensivo de datos, IA y activos verdes, pilares que  favorecerán crecimiento económico, resistencia y competitividad.

Para ayudar a los países a identificar en qué etapa se encuentran en este proceso, Huawei ha creado un Índice de Economía Digital Primero con cuatro categorías:

  • Adoptante: Economías con políticas establecidas para apoyar el desarrollo de una economía digital sólida, pero que aún necesitan construir una conectividad digital a nivel nacional. El crecimiento de la economía digital procede principalmente del comercio electrónico y los servicios de TI.
  • Aceleradora: Economías con políticas que se centran en la digitalización de la industria para el crecimiento económico, con el aumento de la inversión en TIC y el desarrollo del talento como prioridades. Están bien encaminadas hacia una economía digital fuerte, pero necesitan impulsar aún más la conectividad digital para impulsar la computación en la nube y acelerar la digitalización.
  • Avanzada: Economías con políticas en marcha para desarrollar una EDP, con un fuerte enfoque en la construcción de activos de datos y el impulso de la creación de valor de datos. Actualizan periódicamente sus redes, con el objetivo de conseguir conexiones de nivel gigabit, y ordenan un entorno en el que la nube es lo primero, con inversiones en TIC y talento como principales objetivos nacionales.
  • Aspiración: Una Economía Digital Primero basada en políticas que armonizan los sistemas inteligentes con las aspiraciones humanas, en la que la robótica y la IA desempeñan papeles clave para mejorar nuestros negocios y nuestras vidas. Idealmente, gran parte del ecosistema está alimentado por energías renovables.

Desde la compañía explican que Chile es un buen ejemplo de esfuerzo conjunto, público y privado, por avanzar en el desarrollo de la Economía Digital. Cita como ejemplo que el gobierno trabaja desde fines del 2018 con la Matriz Digital, una hoja de ruta sobre las prioridades nacionales de conectividad, que identifica zonas del territorio y áreas productivas donde es necesario reducir la brecha digital.

Además, plantea fórmulas para estimular la inversión y el despliegue de infraestructura, incluyendo la implementación del 5G. Finalmente, deja de manifiesto la falta de profesionales de TI y cómo las instituciones de formación profesional, junto al gobierno y el sector privado, pueden alinearse para formar nuevos talentos en esta área.

En relación con lo anterior, es preciso mencionar que la economía digital equivale hoy al 22,2% del PIB de Chile, según un estudio realizado por Accenture Research y Oxford Economics. Tal porcentaje equivale a US$55 mil millones, resultado que ubica al país en el primer lugar del Índice de Valor Económico Digital en Latinoamérica.


 

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