Defontana encuestó a 325 líderes empresariales para conocer el impacto del alza del sueldo mínimo y las estrategias de adaptación adoptadas
A fines de abril, el Gobierno y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) anunciaron un acuerdo para incrementar el sueldo mínimo a $529.000 en mayo de 2025, con una nueva alza prevista para enero de 2026 que lo elevará a $539.000. Aunque la medida aún debe ser ratificada por el Congreso, tendrá aplicación retroactiva una vez aprobada.
Frente a este nuevo escenario, Defontana, empresa líder en soluciones ERP, realizó una encuesta a 325 líderes empresariales para analizar el impacto del reajuste y las estrategias de adaptación implementadas por el sector privado.
Los resultados muestran un panorama más optimista del esperado. El 49% de las empresas encuestadas declaró haber enfrentado un “incremento moderado” en sus costos, mientras que solo un 16% percibió un “incremento significativo” y un 30% afirmó no haber tenido impacto alguno.
“Resulta interesante observar cómo las empresas chilenas han logrado adaptarse al reajuste del salario mínimo. Si bien existía incertidumbre respecto a la capacidad de respuesta, especialmente de las pymes, los datos reflejan que en su mayoría han podido absorber el impacto”, comenta Macarena Molina, product manager de Talento y Cultura en Defontana.
Preparación y respuesta empresarial al reajuste
El estudio revela que el 34% de las empresas estaba “totalmente preparada” para el reajuste, mientras que un 29% se encontraba “medianamente preparada” y solo un 4% indicó estar “nada preparada”. El sector manufacturero fue el más afectado, con un 25% de compañías “poco o nada preparadas”.
En cuanto a las medidas adoptadas, el 50% optó por optimizar procesos, seguido por un 26% que aumentó precios, un 21% que redujo personal y un 12% que tercerizó servicios. Un 27% de los encuestados no implementó ninguna medida.
“Que las empresas prioricen la eficiencia por sobre la reducción de personal es una señal positiva. Demuestra una madurez organizacional creciente, donde la sostenibilidad de los equipos también es un factor estratégico”, agrega Molina.
Tecnología, subsidios y percepción de riesgo
El uso de la tecnología aparece como un elemento clave para enfrentar el nuevo escenario. Un 58% de los encuestados declaró contar con software de gestión de remuneraciones, y un 61% considera que estas herramientas son necesarias para administrar eficazmente los cambios.
“La tecnología es una gran aliada para que las empresas puedan adaptarse a cambios como el reajuste del sueldo mínimo sin comprometer el empleo. El desafío sigue siendo avanzar en digitalización, especialmente entre las pymes”, enfatiza Molina.
Respecto al riesgo que supone el reajuste para la continuidad del negocio, un 34% afirmó que no representa peligro alguno, y un 29% lo percibe como muy bajo. Solo un 15% declaró que la medida “sí implica riesgo en cierto grado”. El sector tecnológico es el más optimista, con un 44% que no ve amenazas en esta política salarial.
En contraste, el estudio revela una percepción crítica sobre los apoyos estatales: el 49% de los líderes empresariales afirmó no haber recibido ningún tipo de subsidio, y un 26% consideró insuficientes las ayudas anunciadas.
Con este escenario, queda claro que las empresas chilenas están recurriendo a herramientas tecnológicas y a la optimización interna como estrategias para mantener la estabilidad y el empleo, en medio de uno de los reajustes salariales más importantes de los últimos años.