[Opinión] Y fue catástrofe… Ahora, ¿Qué hacer?

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Por: Dr. Fernando Soto Pinto. Especialista Broncopulmonar


Lo dijo el Ministro París hace unos días: las elecciones no se suspenderían a menos que hubiese una catástrofe respecto a la pandemia por Covid 19. Profecía cumplida, puesto que las elecciones se suspendieron. Ergo, tenemos una catástrofe.

A nadie le gusta sin embargo la palabra. CATÁSTROFE en esta pandemia y aplicada al momento actual en Chile refleja el fracaso de todas las medidas implementadas para controlarla, más allá de los esfuerzos humanos, tecnológicos y económicos que implicó la aplicación de la estrategia. Pero es necesario aceptar que efectivamente se fracasó, porque de esa conclusión deriva de inmediato la urgencia de repensar la estrategia, aplicando medidas nuevas, más potentes, mejoradas.

Es la única forma que podamos recorrer lo que falta de pandemia sin asistir a un número de fallecidos que a lo mejor, con otro enfoque, pudiese ser menor, y sin colapsar el sistema de salud ni llevar a la asfixia a las pequeñas empresas, emprendedores y trabajadores.

La segunda palabra políticamente incorrecta y que tampoco gusta es COLAPSO. Sin embargo, define con precisión la situación actual del sistema de salud, que no da abasto para atender a todos los pacientes graves afectados por Covid 19, dejando a muchos sin poder ser hospitalizados ( lo demuestra el casi 50% de fallecidos fuera del Hospital ), y con el dilema de la última cama ya instalado hace meses, puesto que hace rato que los equipos de salud deben priorizar a quien ingresar a los hospitales para su manejo desde la Atención Primaria y sobre todo a nivel de los Servicios de Urgencia.

¿Qué se hace entonces cuando todos los indicadores epidemiológicos señalan que la epidemia está descontrolada, en expansión y colapsando el sistema de salud, es decir en una situación de COLAPSO hospitalario y CATÁSTROFE sanitaria?

Primero, ganar tiempo provocando un quiebre en la curva de contagios. Eso solo puede hacerse con una CUARENTENA, pero de verdad, no a la chilena, no con “cuarentenas dinámicas” ni con permisos diversos que al final distorsionan EL ÚNICO OBJETIVO de la cuarentena: reducir la movilidad de la comuna o Región a un 30% o menos de lo habitual.

Cuarentena total de 15 días, descanso de 15-21 días para evaluar, y repetir si es necesario. A sí han demostrado los mejores epidemiólogos del mundo que funciona.

Para eso, restricción total, por 15 días, pero con preparación y aviso, y sobre todo apoyo para los grupos más vulnerables y aquellos que tiene dificultad para sobrevivir en sus casas durante ese período. Las últimas medidas anunciadas, aunque acercándose a lo ideal, no son las óptimas para cumplir con lo requerido y no bastan. Pero ya están. Veremos los resultados en 2 a 4 semanas…

Segundo, cerrar fronteras y aeropuertos. Aunque para algunos se haya perdido el efecto más potente de esta medida puesto que ya tenemos variantes genéticas del virus en Chile, incluso con circulación comunitaria (en la región del Libertador ya hay casos con las variantes brasileñas P.1 y P.2 ), debiera ser aplicada de todas formas, porque hay otras variantes, aún no detectadas en circulación en el país, con alta infectividad y con capacidad algunas de burlar incluso el efecto protector de las vacunas. Solo por esa última razón se justifica el cierre de fronteras.

Tercero, continuar y si es posible acelerar la campaña de vacunación, que hoy solo funciona bien y rápido de lunes a viernes. Eso al menos reducirá las formas graves de presentación (Neumonía, Bronconeumonía) y las muertes, pero NO el contagio.

Al respecto, NO esperemos “efecto rebaño”. El llamado efecto rebaño, que se señala como el efecto protector sobre unos pocos no vacunados en una población por la inmensa mayoría que sí lo está, no solo es éticamente reprochable (ya que dejar que la gente se enferme para quedar inmune, en una enfermedad que produce muertes, es inaceptable), sino técnicamente un error conceptual. Ejemplo como Manaos en Brasil, cuya población se contagió sobre el 70%, y que sin embargo ha vuelto a reinfectarse con las nuevas variantes y con altísima mortalidad en ambas olas de infección demuestran lo erróneo del concepto y lo inaceptable como estrategia.

Cuarto, fiscalización y control. Pero de verdad, sin personas ni vehículos circulando como un día normal, como ocurre hoy. Y acotado al período de cuarentena.

¿Y los ciudadanos comunes, qué podemos aportar? Mucho, comenzando por informarnos de lo que realmente ocurre, que ES UNA CATÁSTROFE, que los sistemas de salud están colapsados y eso nos obliga a extremar los cuidados de nuestra salud.

Luego, usar y exigirnos mutuamente el uso de mascarilla hermética y mantener distancia física entre las personas, y sobre todo ventilar en forma continua los espacios compartidos con otras personas que no sean el grupo familiar habitual y permanente.

Tercero, vacunarnos de acuerdo a los calendarios distribuidos e incentivar a todos nuestros familiares y cercanos que lo hagan sin demora.

Cuarto, NO CIRCULAR salvo que realmente sea urgente y necesario (atención de salud, compra de alimentos).

Quinto, exigir que la autoridad regional haga su tarea, que cumpla con mantener activo el testeo (al menos se requieren 3.500 a 4.000 test de PCR diarios en la Región del Libertador y no es lo habitual), que se visite a todos los casos detectados y se pesquise a sus contactos (meta ideal de al menos 10 contactos por cada caso, hoy día llegamos apenas a 2,8 contactos por cada caso en la Región ), que se aísle efectivamente a todos los casos y contactos (lo cual no ocurre hoy en el 100%).

Para esto último, HABLEN CON SUS AUTORIDADES. Llame al diputado o al senador que ayer le pidió su voto, escriba a su alcalde, contacte a los concejales o a los miembros del CORE Regional si tiene como hacerlo, hágales saber su inquietud por lo que ocurre, cuéntele los problemas que tiene para subsistir, y pida que transmitan su petición de cambiar para mejorar lo que se está haciendo. Denuncie las situaciones que atentan contra el cumplimiento de la normativa en su barrio y transfórmese en actor activo en esta lucha por sobrevivir de nuestra comunidad frente a esta pandemia.

Si las autoridades y políticos no responden, no acogen sus planteamientos y no los representan para conseguir cambios en el manejo de la pandemia, ya saben qué hacer en las próximas elecciones cuando tengan sus nombres al frente.

Que de verdad se note que Chile cambió. Hagámoslo notar. Por todos.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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