[Opinión] Surfeando hacia el futuro: Chile en el horizonte 2025

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Por: Carlos Cantero O. Geógrafo, Master y Doctor en Sociología. Académico, conferencista y pensador chileno. Estudia la Sociedad Digital y la Gestión del Conocimiento


Mi buen amigo Fernando Flores, desde el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, en agosto del 2013, lanzó un robusto texto con “Orientaciones Estratégicas para la Acción”, fruto de su visión, sus redes y un trabajo colaborativo plural, diverso, transversal, con múltiples encuentros, diálogos y discusiones, con los más relevantes actores del ámbito nacional e internacional.

En perspectiva esos esfuerzos de Flores, en compañía de un talentoso equipo de Consejeros, representantes del sector público y privado, invitados permanentes, coordinados por Katherine Villarroel, adquieren mayor vigencia y valor. Fue un trabajo magnífico y en perspectiva, mirando la realidad actual, parece cada día más urgente y evidente, el abordaje de esos desafíos.

Es una desgracia que, en Chile, no asumamos que las ideas preceden a la acción, no valoramos el trabajo en torno al pensamiento, las ideas, la reflexión, más aún cuando este es fruto de la convergencia de redes colaborativas.

Nuestro país no logra sobreponerse al vértigo del inmediatismo, la contingencia, el individualismo, el sectarismo, la mediocridad farandulera que destruyen el país como un cáncer.  No se respeta esos esfuerzos relevantes ni se les da continuidad.

Fernando Flores, lo dice en ese valioso documento, “Frente a los desafíos nuestra acción y nuestras políticas, pero sobre todo nuestras maneras de relacionarnos y nuestra imaginación y capacidad para inventar el futuro, jugarán un rol cada vez más relevante”. Por cierto, la ausencia de estos esfuerzos, que es lo que ha ocurrido en el país, determinan que la élite: política, social, empresarial, financiera, muestren más bien una actitud fallida, poco ética y sin compromisos con la equidad, han terminado ejerciendo un rol repudiado por la ciudadanía y cada vez más irrelevante en medio de la crisis.

Bien lo enfatizó ese equipo transversal e interdisciplinario de chilenos, que por esos días pensaba el futuro que hoy es presente.  Cuanta vigencia y fuerza cobran esos dichos empujados por Flores y sus amigos: “Para nosotros, chilenos, el cambio fundamental y más urgente es de orden cultural. Estamos convocados a generar nuevas actitudes, nuevas prácticas y nuevos estilos que nos ayuden a superar las cegueras, los temores, las comodidades, las ilusiones tranquilizadoras y otros estados de ánimo que no nos permiten tomar riesgos y compromisos para ser más protagonistas de una sola certeza: que nuestro desarrollo pleno como país tiene en la innovación su piedra angular”. 

En el informe referido, Flores nos llamaba y apremiaba con su “sentido de urgencia de un cambio cultural.  Ese fue el denominador de ese esfuerzo que hoy recuerdo, valoro y pongo en plena vigencia, en la frágil memoria de mis compatriotas. Necesitamos retomar la conversación, reconstruir las confianzas, para imaginar, compartir, viralizar y contagiar nuevas prácticas. Superar la mediocridad, el sectarismo, la farándula en lo público, la endogamia, el nepotismo, el exceso de ambición, el debilitamiento ético, las faltas la probidad si no la corrupción.

Es necesario reencontrarnos con el valor del mérito para ascender en la función pública.  El futuro de Chile y sus hijos depende de este cambio cultural, de la Adaptabilidad a la Sociedad Digital, de la transformación digital que debemos llevar con políticas públicas a las personas, empresas, organizaciones y los territorios que conforman nuestro amado país.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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