[Opinión] Crisis de Salud, Social y Financiera… con estos tres puntos no se construye una mesa

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Por: Arturo Basadre R. Empresario. Integrante del HUB Desierto de Atacama


No cabe duda que las palabras del exministro Mañalich, al reconocer que no estaba enterado de la dimensión de la pobreza en nuestro país, no hacen otra cosa que reafirmar lo que siempre he pensado, en el sentido de que existe un grupo importante de compatriotas tampoco está consciente de la realidad que viven millones de chilenos a diario en nuestro país. Una publicación un medio norteamericano, nos restriega en la cara que los chilenos no sabíamos, ni imaginábamos la cantidad de pobreza que teníamos.

Las soluciones de viviendas sociales, progresivas, y un sin número de programas de vivienda social, solo lograron mitigar por cortos periodos el incremento de la demanda. Viviendas construidas para realidades ajenas al común de los chilenos, ya que para muchos el acceso era y es simplemente inalcanzable.

Hoy nos encontramos con muchos que tienen un automóvil y que deben competir en los pasajes para estacionarse o poder desplazarse sin riesgo de chocar. En muchas poblaciones no entra una ambulancia, un carro policial o un carro de bomberos, es así como un incidente cualquiera se convierte en tragedia.

Este es el Chile que prometían, ese que al 2020 sería desarrollado. Sin políticas de inmigración algunos montaron negocios, para traer inmigrantes, muchos de ellos sin recursos económicos, y con escasa educación. Un número importante de ellos del área de salud, que reconozcamos hoy están en la batalla del Covid 19, ya que el sistema monopólico de egreso de especialistas es una práctica institucionalizada por el Colegio Médico, y aceptadas por las autoridades.

Es cierto un grupo de chilenos no conocen el hambre ni el frió, viven una realidad casi de primer mundo. No aceptan que existan pobladores que no tienen agua potable ni mucho menos alcantarillado. Tampoco saben que en cada lluvia son muchos los pobladores que acuden a los municipios en busca  nylon, porque en la mayoría de los campamentos el material de construcción es ligero, abundan los cartones, las planchas de madera y el zinc, sobre un piso de tierra que no abriga y que es cuna de enfermedades en cada invierno. Para eso chilenos, es como si el mundo no avanzara, con esfuerzo tienen un TV, pero se cuelgan de la energía eléctrica y el agua que beben proviene de un pilón puesto por los municipios.

Algunos afortunados, en su mayoría mujeres, con esfuerzo juntan la cuota, trabajan en un comité y luchan por un lugar digno para la familia. El Estado en los grandes centros urbanos, planifica caminos, autopistas, puentes, hospitales concesionados. Los privados por su parte proyectan y construyen grupos de torres de departamentos y casas, mall, centros comerciales.

El pobre obtiene una tarjeta de crédito, esa misma que hoy no le deja conciliar el sueño y hoy hacen mella en la economía de los hogares, ya que las tarjetas son entregadas hasta las dueñas de casa que no poseen ingreso formal alguno.

Me cuestiono y pregunto, ¿en qué estábamos que dejamos lejos de disminuir las brechas, facilitamos que la riqueza fuera nuestra nueva religión? De Peón a Paje, de Mendigo a Rey nos mareamos con el consumismo.

Nos olvidamos de la educación, aun cuando es cierto que muchos jóvenes de familias humildes pudieron ingresar a la Universidad, pero también es cierto que solo unos pocos logran terminar su carrera universitaria, y los que lo hacen hoy viven una tortura, ya que en sus antecedentes financieros figura una deuda que los acompañará por años. Ese costo no lo pago el país sino los hijos de vecinos que ilusionados, estudiaron carreras sin mercado o con una sobreoferta laboral. Como decía alguien por ahí, disminuyeron los cesantes, ahora son cesantes Titulados.

Debemos sentarnos a la mesa todos a debatir qué queremos, qué podríamos cambiar en medio de estas tres pandemias que nos mantienen complicados como lo son la Salud, lo Social y lo financiero.

A pesar que con estos tres puntos se construye un plano, para que sea una mesa se necesita de apoyo para que los tres tengan medidas similares. Ya que las cifras indican que este año el País no va a crecer, según economistas la recuperación económica va a ocupar algunos años.

Tremendo desafío de tomar el timón, cazar las velas y navegar en estos mares tormentosos, con fuertes vientos y tempestad.

Les invito a pesar ¿dónde podríamos, cada uno de nosotros, aportar a enfrentar esta tempestad? ¿quedándonos en casa y siendo testigos silentes de como suceden las cosas? ¿Será suficiente aporte?


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.

 

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