Por: Maximiliano Andrade Reyes. Secretario General del Frente Amplio, región de O’Higgins

“La educación es un bien de mercado” ya lo decía hace años el fallecido ex presidente Piñera en el momento más álgido de las manifestaciones por una educación gratuita en el año 2011. Hoy a más de 13 años de aquellas memorables frases, vemos como nuevamente la derecha usa la educación como una billetera, como una caja pagadora de favores, usando los sueños de miles de estudiantes que entran a las aulas para tener una mejor calidad de vida.

Lo de Marcela Cubillos es simplemente inaudito, una ex Ministra de Educación, que se supone que conoce la realidad de la educación en Chile, que se supone que sabe de las necesidades de la educación pública.

Durante más de un año fue la encargada del futuro de miles de estudiantes en Chile, de cambiar el rumbo de ese ministerio para generar un futuro mejor, pero ¿qué hizo? nada. Hoy sus actos hablan por ella: Se llenó y se sigue llenando los bolsillos con la plata de todos nosotros.

Hoy la derecha nos demuestra nuevamente que su vocación de servicio no es más que una vocación por el dinero. Se supo que ganaba 17 millones de pesos en la Universidad San Sebastián, universidad privada que ha recibido más de 820 mil millones de pesos en beneficios estatales y créditos educacionales.

Una caja de pandora que sirve para llenarle los bolsillos a los ex funcionarios de Sebastian Piñera, como Marcela Cubillos, Felipe Ward y el mismo Andrés Chadwick; que paga favores en el poder judicial como al ex fiscal Manuel Guerra o que “mantiene” a políticos como a Diego Schalper, manteniendo viva la esencia de su proyecto privatizador.

“La educación es un negocio”, pero un negocio para ellos, puesto que nadie más lo puede tener. Como la salud, la vivienda y las pensiones, todo es de ellos y nadie más que ellos merecen tener acceso a sus ganancias y sus beneficios, a costa siempre de los más vulnerables.

Es por esto que tenemos que seguir avanzando en la lucha de mejor acceso a la educación, quitándoles el negocio y repartiendo los beneficios entre todos. Es un deber de los sectores democráticos hacer que la educación no sea un negocio de un sector político, de ningún sector político, aunque ellos odien la educación pública porque significa que les quitas esa billetera y se la entregas al pueblo, rompes el círculo de la pobreza y le das la posibilidad a alguien que no es de su élite, de educarse y salir adelante.

Hoy tenemos que volver a exigir una educación gratuita, condonación del Crédito con Aval del Estado y un nuevo sistema de financiamiento en la educación superior. Solo así podemos tener una sociedad justa, en paz y de paso, acabamos con la lógica mercantilista que sigue hundiendo a nuestros estudiantes en la pobreza y el fracaso.

El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.