José Miguel Arriaza, CEO de ATAMOSTEC: “Buscamos que la energía solar sea más barata”

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Líder del programa tecnológico de Corfo resalta que el foco principal de la entidad está orientado al desarrollo de la energía solar fotovoltaica


José Miguel Arriaza, CEO Programa de Investigación y Desarrollo de Tecnologías Fotovoltaicas de Alta Radiación y Climas Desérticos, ATAMOSTEC, comenta que, pese a que el desierto de Atacama posee la mejor radiación del mundo, este enfrenta sus propios desafíos. La apuesta es logar la planta fotovoltaica más eficiente posible a partir de mejoramiento continuo.

ATAMOSTEC es una iniciativa público-privada que busca desarrollar tecnologías disruptivas para la industria solar fotovoltaica, específicamente diseñadas para condiciones de alta radiación, altura geográfica y desierto, como es el caso de Atacama.


Atamostec tiene cinco años ya en el en el mercado, ¿Cómo ha sido este caminar desde su creación hasta el día de hoy?

“Somos un programa tecnológico de Corfo orientado al desarrollo de la energía solar fotovoltaica, nuestro principal foco busca responder cómo desarrollar esta tecnología, que hoy en día vemos cada está con más presente sobre todo en nuestra matriz energética”.

“Esto nace porque primero hay un diagnóstico claro de que Chile y el norte de Chile es uno de los lugares que tiene mejor radiación a nivel mundial y por lo tanto mayor capacidad de generar energía con este tipo de tecnología y segundo porque existe también un diagnóstico que las tecnologías que se generan a nivel mundial para el desarrollo y para la obtención de energía a partir del Sol, están diseñadas para climas, que no son necesariamente los climas que tenemos en el desierto de Atacama”.

“Lo que hemos visto nosotros como desarrollo, como investigación, es que efectivamente su vida útil no es la que se espera que tengan y que muchos módulos están teniendo fallas o teniendo una degradación acelerada. Lo que implica dos cosas importantes, uno, que en el fondo tengo que volver a invertir, los inversionistas tienen que volver a invertir en renovar todos esos módulos que van fallando, pero también se produce un problema ambiental porque empiezan a salir paneles de circulación y por lo tanto hay que pensar en qué vamos a hacer con esos módulos, si va a haber una segunda vía o vamos a llevarlos a reciclaje. Bajo ese punto de vista el programa comienza a estudiar este tema”.


¿Y cómo ha sido el proceso de adaptarse a las condiciones del Desierto de Atacama?

“Nuestro desierto tiene condiciones bastante particulares, primero desde un suelo que es bastante duro; de hecho, nuestros antepasados del caliche hablaban de la dureza de desarrollar la minería del salitre en esos años; y por lo tanto hoy, cuando tienes que montar un parque solar donde tienes que poner las estructuras, ahí ya nos encontramos con un primer problema: la dureza del suelo”.

“También tenemos temas propios de cada territorio, como por ejemplo la salinidad, la corrosión de los materiales, camanchaca que muchas veces ingresa a los valles, el polvo, tenemos torbellinos en las tardes. Nosotros tenemos una plataforma de testeo a 80 kilómetros de Antofagasta y vemos en las tardes los torbellinos que se arman, como levantan polvo”.

“Son efectivamente condiciones bastante adversas y lo que nosotros estamos estudiando justamente eso, cómo estas plantas que está en el medio del desierto, las podemos ir optimizando, podemos ir desarrollando tecnología que permita hacerlas más eficientes, más rentables en el tiempo y que el costo de la energía solar finalmente baje, que es lo que nosotros buscamos, que la energía solar acabe más barata a partir de estas mejoras, por eso buscamos desarrollar un módulo solar para el desierto de Atacama”.


Y en este sentido, ¿Cuál ha sido el aporte de ATAMOSTEC?

“Lo primero fue probar las tecnologías. lo que hicimos fue montar un laboratorio a escala natural, que es nuestra Plataforma Solar del Desierto Atacama, que la utilizamos junto con la Universidad Antofagasta. Ahí lo que tenemos es infraestructura montada y tenemos diferentes tecnologías, hemos probado lo que está en el mercado actualmente y a partir de eso hemos hecho mejoramiento continuo a esos módulos generando recetas, es decir ¿Cuál es la receta del módulo solar fotovoltaico que resiste las condiciones del Desierto de Atacama?”.

 

“Entonces nuestro objetivo ahora es poner en valor este módulo, potencialmente podríamos tener una planta de desarrollo de este tipo de tecnología en Chile, es algo que estamos estudiando obviamente. Ahí se requiere también financiamiento, apoyo del Gobierno Regional, apoyo de los ministerios sectoriales o también comercializar esta receta con plantas que están en China que podrían producir estos paneles y traerlos a Chile”.

“Son parte de los modelos de negocio parte de lo que estamos mirando, también cómo este proyecto puede impactar la economía regional, porque obviamente tener una planta de desarrollo fotovoltaico en alguna región de Chile genera más empleo, genera desarrollo tecnológico, genera un beneficio sin duda y nos permite diversificar sobre todo en la zona norte donde la minería está muy concentrada y la energía también tiene que jugar un rol importante”.


¿Cómo ha sido la vinculación con los diversos actores del territorio?

“Nosotros somos un consorcio que está formado por 4 universidad, la Universidad Antofagasta, la Universidad Concepción, la Universidad Federico Santa María y la Universidad de Chile, más centros internacionales como el Instituto Nacional Francés de Energía Solar y el ISC Konstanz de Alemania”.

“Básicamente lo que hemos hecho es un despliegue territorial. Participamos bastante en todo lo que tiene que ver con las mesas de desarrollo a nivel regional, organizando workshop, también seminarios. Una primicia es que el año 2025 vamos a realizar en Antofagasta la reunión de energía solar fotovoltaica y facial más importante a nivel mundial”.

“La idea es poder difundir todo el desarrollo que estamos haciendo, involucrar a las empresas involucrar a la comunidad. Hoy en día por ejemplo parte de nuestros operarios provienen de los institutos de formación técnica como INACAP y Santo Tomás, quienes están estudiando por ejemplo técnico en energía solar tengan la oportunidad de trabajar con nosotros también”.


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