Por: Javier Fuentes. Gerente general de ReSimple

Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, en Chile, la bolsa de basura que sale de las casas está compuesta por un 58% de residuos orgánicos, un 25% son residuos que son descartables y el restante 17% por material que se podría reciclar, ya que corresponde a envases y embalajes. Esto es justamente a lo que apunta la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, más conocida como Ley REP: que aquellos residuos que se pueden reutilizar, vuelvan a convertirse en materia prima.

Esta normativa, se aplica hace menos de 1 año para el reciclaje de envases y embalajes, mismo tiempo que lleva operando ReSimple. En estos meses, se han logrado importantes aprendizajes y avances, y uno de ellos es extender la causa del reciclaje a lo largo del país.

Por eso estamos felices de llegar a Concepción con la instalación de los primeros dos puntos limpios, gracias a una alianza con el municipio.

A partir de septiembre de este año, además, comenzaremos con la recolección selectiva de residuos casa por casa, abarcando el 29% de las viviendas de la comuna, junto con la próxima instalación de 30 campanas para depositar vidrio.

El desafío es tremendo, pero el cuidado del medioambiente lo amerita. En nuestro país existe interés por reciclar, pero -según el último estudio de Reciclando Ando- los chilenos no lo hacen porque la infraestructura disponible no es suficiente.

El 49% señala que no cuenta con un punto de reciclaje cerca, y entre los otros motivos se encuentran: no tener espacio para separar lo reciclable (38%), falta de servicios de recolección en el hogar (36%) y no tener cómo transportar los residuos separados a otros puntos (25%). Pese a la buena voluntad ciudadana, nos encontramos frente a un escenario complejo: la falta de sitios donde los ciudadanos puedan ir a dejar sus residuos para el reciclaje.

Tal como ocurre en diversos ámbitos, la mayor parte de la infraestructura para el reciclaje se concentra en la Región Metropolitana. Esta situación genera una brecha significativa en relación con las otras las regiones, dificultando la implementación de programas de reciclaje efectivos en las zonas más alejadas. La falta de instalaciones de recepción y almacenamiento, plantas de clasificación y pretratamiento, y la limitada logística de transporte, son algunos de los obstáculos que enfrentamos.

Necesitamos un ecosistema de reciclaje robusto, que incluya a todos los actores involucrados:   compañías   productoras,   el   Estado   -a   través   del   Gobierno   y   las municipalidades-, gestores de reciclaje y la sociedad civil. Las empresas productoras tienen un rol fundamental en la reducción de sus residuos y en la promoción de prácticas sostenibles. Sin embargo, es indispensable contar con el apoyo del Estado para establecer políticas públicas claras y fomentar la inversión en infraestructura.

La gestión de residuos es un desafío complejo, que requiere un enfoque integral. Al invertir en infraestructura, promover la educación ambiental y fomentar la colaboración entre los distintos actores, podemos construir un Chile más limpio y sostenible para las futuras generaciones. Es hora de pasar de las palabras a la acción y convertir el reciclaje en una realidad para todos los chilenos.

El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.