[Opinión] Gacelas para el desarrollo de un Chile sostenible

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Por: Daniel Tricarico. CEO de ImpactLatam


El inicio del nuevo año brinda un diagnóstico poco alentador en materia económica. En octubre, el Fondo Monetario Internacional estimó que el crecimiento mundial sufrirá una desaceleración del 6% en 2021 al 2,7% en 2023. El impacto sería mayor en algunos países, como Chile, donde del 11,7% de 2021 se pasaría al -1,3% este año.

Para el organismo internacional no son cifras alarmantes sino una transición hacia un crecimiento sostenible en el tiempo. Ante el estancamiento económico, la búsqueda siempre es de alternativas para dinamizar la economía y ciertamente los emprendimientos son fuentes de generación de empleo y nuevas oportunidades.

En los últimos años, el mundo de los negocios se vio obnubilado con la proliferación de los unicornios. El fenómeno mundial presentaba empresas con base tecnológica de rápido crecimiento que aprovecharon el momento de liquidez y abundancia de las rondas de inversión y así lograron superar una valuación de los mil millones de dólares; en ciertos casos, con valuaciones que no guardaban una relación coherente con la realidad económica y financiera del emprendimiento.

Según el último reporte de CB Insights, hay más de 1200 unicornios en el mundo, de los cuales 28 son de Latinoamérica y dos chilenos. Que NotCo y Betterfly se desarrollen en dos sectores tan diferentes es una muestra cabal de la amplia variedad de temáticas en las cuales una empresa tecnológica se puede desenvolver.

Sin embargo, en un contexto global de contracción en términos económicos, la inversión de venture capital tiende a ser más selectiva respecto a los términos de la ronda y las valuaciones de las compañías, con un claro foco en la tracción genuina del modelo de negocios. Por lo tanto, es posible que la multiplicación de unicornios que sacudió el mercado hace unos años deje de ser tan “normal” como sucedió durante la pandemia. En ese contexto, existe un nuevo integrante del ecosistema empresarial y que a partir de un modelo con foco local y resiliencia, logra sobrevivir las crisis y dinamizar la economía con pasos cortos y seguros: las gacelas.

El término fue acuñado por David Birch, profesor del MIT y una eminencia en temas de desarrollo económico. Se refirió a estos animales que corren a 70 kilómetros por hora, en relación a las empresas que logran crecer al menos en un 20% durante tres años en forma consecutiva. Claro está que para sostener ese porcentaje tienen pilares de agilidad, foco en resolver problemáticas locales y logran financiarse con recursos propios.

Si durante un tiempo el símbolo de los unicornios fueron WeWork o Uber, las gacelas son más moderadas y crecen por su propia facturación y modelo genuino, lo cual es un punto a favor en épocas de selección y reducción de inversión. Con una economía más cautelosa, la prioridad son modelos sostenibles y escalables, incluso sin la necesidad de que sean empresas de base tecnológica.

El 2023 puede ser el año de las gacelas, con un modelo más austero y el potencial de contrarrestar el “invierno” que se avecina. El desafío yace en que el árbol no tape el bosque y que detrás del ruido mediático y las rondas de inversión, existan más emprendimientos que logren sobrellevar este punto de inflexión implementando agilidad, foco en ventas y resolver problemas teniendo en cuenta el impacto social y ambiental a la vez del económico.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo. 


 

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