El nuevo estudio de Kantar IBOPE Media revela cómo los padres millennials chilenos están transformando la idea tradicional de paternidad. Bienestar emocional, conexión con los hijos y flexibilidad laboral son claves para entender al nuevo “papá presente”
Este 15 de junio se celebra el Día del Padre en Chile, y el contexto invita a reflexionar más allá del regalo o el almuerzo familiar. El reciente estudio TGI de Kantar IBOPE Media entrega un completo retrato de cómo ha evolucionado la figura paterna en nuestro país, mostrando una transformación generacional significativa.
Hoy, los padres chilenos tienen entre 35 y 44 años, en su mayoría pertenecientes a la generación millennial. “Estamos hablando de hombres que crecieron con internet, redes sociales y mayor apertura a los cambios en los roles de género”, explica Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar IBOPE Media. Este grupo ejerce la paternidad de forma más activa, emocional y reflexiva, optando por la cercanía emocional y el diálogo como pilares de la crianza.
En sus tiempos libres, prefieren actividades como escuchar música (58,6%), salir a caminar (38,5%), cocinar (36,2%) o ir a la playa (34,3%). También practican deportes como el fútbol (29%), ciclismo (18,4%) y running (11,5%), destacando una preocupación por el bienestar integral.
Valores, trabajo y nuevas masculinidades
El estudio también muestra una dimensión valórica que se aleja del modelo patriarcal tradicional. Un 44,2% de los padres prioriza el tiempo en familia, mientras que el 53,8% se considera espiritual. Además, el 33,4% valora la autenticidad como belleza, y el 45,3% cree que cumplir con el deber es más importante que solo disfrutar.
En el ámbito laboral, la mayoría sigue trabajando de manera presencial (67,3%), aunque los modelos híbridos (12%) y el teletrabajo (11,1%) han ganado espacio, lo que permite mayor presencia y flexibilidad familiar. En cuanto a su estado civil, el 45,5% está casado o en unión civil, un 24,8% convive, y casi un 20% está separado, viudo o divorciado.
“Ser papá hoy implica adaptarse, aprender y estar presente de formas muy distintas. Es un proceso transformador”, señala Mirchak. Para marcas, medios y organizaciones, entender esta nueva paternidad es clave para conectar con las audiencias y responder a las nuevas realidades familiares.