El analista político comparte su visión critica a la reciente Cuenta Pública del presidente Gabriel Boric, abordando sus ambigüedades, omisiones estratégicas y mensajes internacionales
En un escenario marcado por la alta sensibilidad pública frente a temas como seguridad, bienestar social y crecimiento económico, la reciente Cuenta Pública del presidente Gabriel Boric generó reacciones diversas tanto en el oficialismo como en la oposición y la ciudadanía.
Con el telón de fondo de un año decisivo en lo electoral, #PlazaRegional conversó con el analista político Guillermo Holzmann, académico y consultor internacional con amplia trayectoria en materias de gobernabilidad, relaciones exteriores y análisis estratégico.
Según su evaluación, el discurso presidencial se caracterizó por una estructura segmentada, dirigida a públicos específicos, sin una narrativa integradora que ofreciera una visión de país compartida. Más que una hoja de ruta gubernamental, plantea Holzmann, “fue una intervención orientada a consolidar un legado ideológico. En su análisis, identifica inconsistencias y omisiones relevantes en áreas clave como seguridad, desarrollo regional, salud, educación, aborto y política exterior, así como una escasa presencia de elementos de autocrítica o de planificación estructural”.
La conversación también aborda el panorama electoral que se configura de cara a las primarias de junio, el reordenamiento de las fuerzas políticas y las tensiones internas en el oficialismo. Desde su perspectiva, el discurso de Boric refleja a un presidente que comienza a proyectarse en el ámbito internacional, desmarcándose del eje político que lo llevó al poder y dejando abierta la discusión sobre la continuidad de su proyecto en el escenario nacional.
¿Cuáles fueron los anuncios que más conectaron con la ciudadanía en esta última cuenta pública?
Yo entiendo que los anuncios fueron segmentados, es decir, no hay anuncios que hayan dejado contentos a todos los ciudadanos. Hay claramente una parte del discurso que va orientado a sus seguidores, a sus simpatizantes. Ahí tenemos el tema del aborto, el cambio de estatus de Punta Peuco, por ejemplo. Tenemos temas para los empresarios con las inversiones y las visiones futuras.
Hizo un discurso mucho más cercano que uno espera de un jefe de Estado. Le agradeció, incluso le reconoció cosas a Sebastián Piñera, también a la presidenta Bachelet, que estaba presente ahí.
A su vez, dejó anotadas varias cosas hacia el futuro, destacando que eran políticas de Estado, que se iban a mantener y que, de alguna forma, él iba a dejar orientado el Estado de Chile hacia cierto tipo de inversiones, tanto en infraestructura como en salud, educación, etc.
Usted dijo que hubo muchos temas que quedaron como al debe. ¿Cuáles serían?
La idea de un proceso de industrialización, por ejemplo. Cómo el Estado camina en la alianza con el sector privado, no solamente para tener inversión, sino que para tener transferencia tecnológica, aumento del empleo. El desempleo es uno de los problemas que tiene Chile, y no se puede disminuir solamente con mayor contratación del Estado. Requiere además proyectos mucho más concretos. En la región de Antofagasta hay muchos proyectos, muchos de ellos detenidos. Es muy diferente la inversión inicial para montar una estructura productiva a definir qué tecnología se va a usar.
Las universidades tienen que generar los profesionales o técnicos que se requieren. Esa parte no está en el discurso. Mientras el mundo va cambiando en modos de producción, inteligencia artificial, nuevas tecnologías, eso no estaba. Se requiere una estrategia de Estado público-privada. La estrategia del litio es una buena idea probablemente, pero hace falta un seguimiento y expandirla. En seguridad, si bien se destacó el apoyo a la policía en infraestructura, también se reconoció a las Fuerzas Armadas.
Pero quedó al debe todo lo relacionado con la ley de inteligencia, los resultados del Ministerio de Seguridad recién inaugurado y con problemas en algunas seremías del país. En salud pública, se resaltó la construcción de hospitales, muchos de ellos venían de administraciones anteriores. El tema educacional faltó muchísimo.. En general, fue un discurso ambiguo en contenidos. Faltó autocrítica. No sé si llamarle autocomplaciente, pero el sentido político del discurso es que se lo va a llevar bajo el brazo cuando deje el gobierno.
Está pensando en su proyección internacional dentro de su ámbito político ideológico. Fue un discurso más calmo, con una cierta distancia del oficialismo. No se involucró con las primarias ni habló de la necesidad de una continuidad, lo que habría sido lo lógico. Marcó una diferencia con el oficialismo y dio a entender que está pensando en una visión ideológica distinta, un progresismo de izquierda diferente.
Lo dejó muy marcado con las críticas directas a Venezuela y Nicaragua, a las que llamó dictaduras. No nombró a Cuba. Es un discurso propio para quedar en la historia como el último, pero también refleja su visión de una izquierda distinta, progresista, de clase mundial. Fue más un discurso hacia el mundo que hacia la gente del país.
¿Cómo interpreta el anuncio sobre aborto legal y su enfoque en la libertad individual?
La información que tengo es que el aborto legal es una necesidad país en términos de cómo enfrentarlo. Si los abortos clandestinos han aumentado, eso es un problema de salud, sanitario y social. Hay dos caminos: interrumpir abortos o evitar que se produzcan. Eso implica educación. No creo que haya una mujer que tenga relaciones pensando en abortar para ver qué se siente.
El aborto es una situación que enfrenta una mujer en condiciones muchas veces opresivas o violentas. Chile tiene aborto por causales, pero eso requiere un enfoque preventivo mucho mayor. Igual que el consumo de drogas: se pueden tener centros de rehabilitación, pero sin prevención, habrá problemas. La prevención debe adaptarse a la cultura de todos los grupos sociales.
No hablo solo de niveles socioeconómicos. Es distinto un condominio a una comunidad con hacinamiento, donde los embarazos no deseados son más probables. La prevención debe enfocarse en esos entornos. El tema del aborto, como lo instala el presidente, lo hace para su grupo ideológico. Coloca el acento en la libertad individual por sobre el bien común, cuando es este último el que debe primar. Por eso existen las leyes y la Constitución.
Su anuncio va en esa línea, aunque en América Latina, con una tradición cultural judeocristiana, habría sido más prudente colocar el énfasis en la prevención. Además, hoy la familia es distinta: muchas son monoparentales. Es un tema que requiere educación, y nunca se ha abordado desde esa arista.
El cierre de Punta Peuco ha sido una promesa de varias administraciones. Esta vez, se plantea como transformación en cárcel común. ¿Cuál es su visión respecto de este anuncio?
Tiene que ver con la ambigüedad. No se cierra Punta Peuco, se convierte en un penal normal. Eso quiere decir que puede ir cualquier reo condenado por la justicia. Pero para que vayan más reos hay que construir más, porque no hay espacio.
Además, los niveles de seguridad son distintos. Ahí hay una población penal sobre los 70 años, con enfermedades y limitaciones. Lo más relevante es que no se cierra, se abre para más reos. Pero para eso hay que ampliar el penal. Es un anuncio sin recursos para adecuaciones. No van a ir muchos reos porque no hay espacio.
En el ámbito internacional, el presidente anunció la ruptura en defensa con Israel, criticó duramente a su gobierno, pero no rompió relaciones diplomáticas. ¿Qué coletazos puede tener esto para Chile?
No rompió relaciones con Israel, retiró agregados militares, algo que Israel ya había hecho con Chile a raíz de que no se les permitió participar en FIDAE. La retirada de agregados implica que todo se hace más lento: mantenimiento, adquisiciones. Israel no es importante solo en defensa, también en agroindustria, desarrollo satelital, ciencia y tecnología. Tiene muchos más lazos con nosotros.
El presidente fue ambiguo nuevamente. Dijo que se prohibirá la importación desde territorios ocupados, que son Jordania y Gaza. Nosotros importamos principalmente productos agroindustriales de esa zona, por lo tanto, el impacto en el comercio tradicional con Israel será limitado.
¿Qué proyecciones hay para los próximos 9 meses? ¿Cómo incide esta cuenta pública en la elección presidencial?
Desde el punto de vista internacional, si estuviéramos asesorando a otro país y observamos la cuenta del presidente Boric, diríamos: no llamó a la violencia, dio un discurso correcto, se sentó con la oposición, hizo anuncios esperables. No hizo nada fuera de línea. Fue un presidente muy correcto. Entonces, aconsejaríamos esperar el cambio de gobierno.
Boric no busca continuidad de su gobierno, quiere irse aplaudido. Tiene dudas respecto a su coalición, porque no la apoyó explícitamente. Sabe que deja muchas tareas y deudas pendientes. Desde afuera, esperaríamos 9 meses para ver qué hacer con Chile.
¿Cómo está el panorama político interno de cara a las primarias?
La oposición no tiene primarias. Van dos candidatos: Matthei y Kast, eventualmente Kaiser, pero probablemente se baje. En el oficialismo sí habrá primarias. El voto es voluntario. El padrón es de unos 15 millones y medio. Estiman que votarán 2 millones. ¿Quién gana? Depende de cuánta gente vaya. Si la participación es baja, tiene más posibilidades Jara, por la disciplina del Partido Comunista.
Hay sectores de la DC, PPD y PS que no votarán por Toha. Toha tiene buen perfil político, pero no el respaldo de las bases. Además, Jara ya recibió 70 millones del Partido Comunista, Toha apenas 5 o 10 millones. Si gana Toha, sería una sorpresa. Si gana Jara, el PC podría imponer la lista parlamentaria por omisión, es decir, ser los únicos candidatos en ciertos distritos. Es un tema clave. El 29 de junio será decisivo.
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