Granjas marinas sustentables del Choapa apuntan al mercado santiaguino

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Cristian Sepúlveda, Biólogo Marino de la Universidad Católica del Norte y coordinador del proyecto Granjas Marinas, estima que la cercanía con la capital sería una ventaja para apuntar a quienes buscan la sustentabilidad como sello


“Choapa podría ser el lugar más cercano a Santiago que tenga producción acuícola sostenible” proyecta Cristian Sepúlveda, Biólogo Marino de la Universidad Católica del Norte y coordinador del proyecto Granjas Marinas, proceso que se ejecuta en las distintas áreas de manejo de las comunas de Los Vilos y Canela en el Choapa, las restantes provincias de la región de Coquimbo y en otras zonas del país.

Para Sepúlveda, que las granjas se relacionen de manera sostenible con el medio ambiente marino, podría atrae a un segmento de clientes distintos, aquellos que apuestan, por ejemplo, por sellos como “Precio Justo al Pescador”, “Responsable con el Ambiente” o que aporte a la captura de gases de efecto invernadero con el cultivo de algas.

Imagen: Programa de Acuicultura en Areas de Manejo UCN

“Estos pescadores van a sentar las bases, para que las próximas generaciones puedan ir a la albacora, el jurel, a los locos, la lapa y erizos, pero también tengan al lado cultivos de distintas especies de interés comercial” señaló.

El biólogo marino explica que “hace como ocho años que trabajamos en Choapa, además de otras partes de la región, intentando que los pescadores puedan cultivar a pequeña escala, que sigan viviendo de las poblaciones naturales loco, lapa, erizo, huiros y peces” detalló, agregando que “en las áreas de manejo hay pequeños espacios que uno puede sacarle provecho y puede cultivar especies como ostras, ostiones, piures, algas y choritos, los cuales se alimentan del ambiente”.

Punto importante para el investigador, quien reiteradas ocasiones citó a la mejorable experiencia que se ha tenido en el sur austral con los cultivos de salmones “en el seminario vamos a hablar de sustentabilidad de la acuicultura a pequeña escala, esa en que el pescador tiene que cultivar pensando en las próximas generaciones. Pero es importante saber cuánto cultivar y qué cultivar, para no sobrepasar lo que el ambiente marino es capaz de ciclar, como pasa con muchos monocultivos terrestres, como cerdos, aves, pinos y los peces en el sur, todos los cuales a la larga fragmentan el hábitat y no son sostenibles”.

El investigador de la UCN también señaló al respecto; “La idea es que los pescadores sigan en sus labores tradicionales, para el mercado local, que no se transformen en acuicultores específicamente, sino que mejoren el ingreso a través de esta diversificación y esta estrategia más moderna, la cual les mejora su capacidad de adaptación a los cambios de mercados y de forzantes ambientales”.


¿Qué es una granja marina?

Imagen: Programa de Acuicultura en Areas de Manejo UCN

“Los pescadores tienen a su cargo áreas de manejo que son espacios finitos, geográficos, en la primera milla. Buscamos un lugar que tenga entre 15 y 30 metros de profundidad, que en lo posible sea fondo blando, o sea de arena, que esté protegido del sur weste. Y en ese pequeño espacio de unas, dos o más hectáreas. Instalar sistemas de anclaje y que son fondeos de concreto, que ayudan a fijar un cordel de 22 mm que forma un trapezoide y sobre ese cordel, es que se cuelgan unidades de siembra de ostiones, ostras, piures, choritos, algas” explicó Sepúlveda.

Esta es una técnica japonesa que se conoce como Long Line, en la provincia existen en Cascabeles, Ensenada, Corral de Mula, Los Vilos, Ñague, Lilenes, Cabo Tablas, Chigualoco, Huentelauquén, entre otros sectores.

“Ocho años atrás empezamos a enseñar, junto a pescadores-acuicultores experimentados de Tongoy como monitores, a cómo cultivar, por qué cultivar y algunas organizaciones ya adoptaron la tecnología, ya se hizo esa transferencia. Entonces ocho años después estamos diciendo bueno, ya que ahora aprendieron, hay que diversificar”, relató el magíster en Ciencias del Mar.

Para proteger el ambiente, estas granjas marinas deben tener líneas de las distintas especies en un mismo lugar. Y no, como hasta ahora, que en lugar se encuentran los ostiones y en otros los piures. Asimismo, para investigador esto se traduce en diversificar los riesgos frente a bajas de precios, enfermedades y otros aspectos ambientales como los efectos del cambio climático.


¿Cuál es el problema de cultivar una sola especie?

Para el académico, la fragmentación del hábitat es el problema. El efecto de ello es al final la desconexión de las poblaciones naturales que al final afectan los servicios ecosistémicos. Como por ejemplo lo que ha pasado con la actividad forestal de pino, que ha acrecentado la sequía y los incendios, al perder la cobertura de bosque nativo al sur de nuestro país.

“La idea de criar solo una especie en un ambiente donde existe una diversidad de otras, que han convivido desde que el mundo es mundo, al final afecta el propio ambiente y deja de tener las condiciones para el cultivo. En esa lógica, las empresas habitualmente cambian de zona una vez que ya no es productiva, pero las áreas de manejo y las organizaciones de pescadores no cuentan con esa posibilidad. En consecuencia, se debe pensar en un tipo de acuicultura del siglo XXI, con soluciones basadas en la naturaleza, ya que en pleno antropoceno la sostenibilidad, la economía circular, la equidad y la seguridad alimentaria de las poblaciones costeras es una prioridad. Y en ese contexto es que CORFO apuesta a este tipo de seminarios” afirma el Biólogo Marino del UCN.


Granjas marinas cerca de la industria

Imagen: Programa de Acuicultura en Areas de Manejo UCN

Según Sepúlveda, las granjas marinas podrían ser herramientas para compatibilizar el uso de la zona costera. Por ejemplo, la producción de alimentos en áreas donde operan puertos mineros o desalinizadoras, según el contexto del Choapa “la apuesta es colocar la mayor cantidad de granjas marina en la zona para que puedan compatibilizar ambos usos y entonces es una forma de control social, donde las actividades económicas den garantías mutuas de operación y desarrollo”.

Finalmente, el investigador concluyó que “los pescadores artesanales ya no pueden pensar que van a seguir viviendo del mar exclusivamente, sino que, como el resto del mundo, tienen que transitar hacia los cultivos que la agricultura hizo hace 12.000 años”.


 

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