Antofagasta necesita sobre 12 mil soluciones habitacionales

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De acuerdo con el “Balance de la Vivienda Social y Entorno Urbano 2017” que elabora la Cámara Chilena de la Construcción. A nivel regional, son más de 17 mil las viviendas requeridas, un 19,3% menos que el 2014


Un total de 12.735 nuevas viviendas sociales debieran construirse en la comuna para satisfacer el déficit habitacional que afecta a los segmentos más vulnerables de la población. Esto según el Balance de la Vivienda Social y Entorno Urbano 2017 elaborado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que sitúa a Antofagasta en el tercer lugar de entre 10 comunas del país que requieren una mayor cantidad de viviendas de este tipo, superando incluso a Temuco, Valparaíso, Puerto Montt y algunas comunas de la Región Metropolitana.

A nivel regional la cifra se eleva a 17.021, evidenciando una disminución en el número respecto al déficit de 21.104 mil viviendas dado a conocer en 2014 por la CChC Antofagasta. Al respecto el presidente regional de la CChC, Andrew Trench declaró que el balance de vivienda refleja los proyectos materializados y en construcción desarrollados por el Serviu en la región, que superan las 5 mil viviendas para sectores socioeconómicamente vulnerables.

 

“Si bien el descenso en el déficit es una buena noticia, nuestra ciudad sigue requiriendo el número más alto de viviendas en toda la región, y ocupa el tercer lugar después de Maipú (15.432) y Puente Alto (13.171) en esta materia. Por eso es importante conocer estos antecedentes que nos demuestran que la vivienda sigue siendo una de las principales aspiraciones de las personas, las que además han demostrado una preocupación por su entorno urbano. Estos datos sin duda aportan al diseño de políticas públicas de calidad en ambos temas”, señaló el directivo.


Cifras Nacionales

507.716 nuevas viviendas de interés social, para un total de 1,5 millones de personas, debieran construirse en el país para resolver el déficit habitacional que afecta a los segmentos más vulnerables de la población. El gremio estimó además que del total, 285.439 viviendas corresponden a nuevos requerimientos habitacionales por deterioro de los inmuebles (56%) y 222.277 a nuevos requerimientos por allegamiento (44%).

Al respecto, el gerente de Estudios de la CChC Javier Hurtado indicó que “entre esta medición y la anterior (2013) el déficit habitacional a nivel nacional no ha disminuido. Esto se explica porque, si bien se ha avanzado en reducir los problemas de hacinamiento y allegamiento, se observa un incremento constante de las viviendas que debieran ser reemplazadas por su grave estado de deterioro, lo que es una señal de mucha relevancia para orientar la política pública”.

Al cruzarse los datos de déficit habitacional y de entorno urbano el estudio de la CChC identifica 13 comunas que debieran ser prioritarias para la política pública dado su nivel de carencia. Se trata de Arica, Iquique, Valparaíso, Cerro Navia, Estación Central, Talagante, Pedro Aguirre Cerda, Melipilla, Recoleta, La Pintana, El Bosque, Coronel y Los Ángeles.

El Balance de Vivienda Social y Entorno Urbano 2017 es un estudio que la CChC realiza cada dos años con datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) dados a conocer por el gobierno a fines del año pasado.


Características Entorno Urbano Macrozona Norte

Conformada por las regiones XV, I, II y III, la macrozona norte alberga el 9% del déficit habitacional total de interés social estimado para 2015, primando los nuevos requerimientos habitacionales por sobre los de deterioro (56% y 44% de participación respectivamente). Con una población de 1.511.021 habitantes estimada por el INE para el año 2015, se observa que 44.600 familias presentan algún tipo de requerimiento habitacional, ya sea la carencia de vivienda al encontrarse en situación de allegados o bien la necesidad de remplazar la vivienda existente dado el alto deterioro del inmueble donde habitan dichas familias.

En cuanto a la caracterización del entorno, la macrozona norte presenta los peores desempeños a nivel nacional en infraestructura básica, con un índice de 0,8 (tabla 3.40). La Región de Arica y Parinacota, en efecto, experimenta el nivel más bajo del país (0,77), lo que se refleja en su magro desempeño en estado de calles y veredas y en la existencia de basureros y paraderos techados.

Junto a la Región de Tarapacá, además, presentan los más altos porcentajes de manzanas bajo la media regional como bajo el percentil 40 de la distribución a nivel nacional (tabla 3.41). Esto último es un indicio de altas desigualdades en su distribución territorial. Otro hecho relevante de destacar es que, a pesar de su bajo desempeño en el índice general, la macrozona norte es la que presenta una mayor presencia tanto de luminarias públicas como de señalética vial a nivel país. Por otro lado, destaca dentro de la macrozona la Región de Atacama, la que presenta un desempeño sobre la media nacional, a un nivel comparable con la Región Metropolitana y con bajos porcentajes de manzanas bajo la media regional y el percentil 40 de la distribución nacional.

Respecto al acceso a equipamientos urbanos necesarios, la macrozona norte alcanza un valor en la media nacional. Destaca su alta cobertura de transporte y educación, siendo superada solamente por la Región Metropolitana en estos aspectos. Al observar por región, sin embargo, se aprecia una diferencia significativa entre la Región de Arica y Parinacota y el resto de las regiones, donde la primera tiene muy bajos desempeños en todas las áreas. Es así que cerca de un 22% de la población no tiene un establecimiento de salud a menos de 2,5 km y 28,7% no posee áreas verdes consolidadas a la misma distancia. Comparado con el resto del país, transporte y educación son áreas deficitarias en la región. El resto de las regiones poseen indicadores en torno a los promedios nacionales, destacando la alta cobertura de centros educacionales en la Región de Antofagasta y el alto acceso de transporte tanto en Antofagasta como Atacama.

En Sanidad del Entorno, la macrozona se encuentra sobre el valor nacional, experimentando un valor del indicador cercano al observado en la Región Metropolitana. Destaca el alto porcentaje (11,4%) de la población que declara tener problemas de contaminación en la red pública de agua, muy por sobre el promedio nacional (3,4%). Asimismo, se observa una alta presencia de problemas de plagas y animales. Al observar por regiones, es altamente preocupante lo que se observa en la Región de Atacama. En especial destacan los problemas de contaminación de la red pública, plagas y animales y contaminación del aire, donde más del 30% de la población se vio afecta, siendo la región que experimenta un peor desempeño en el Indicador de Sanidad del Entorno a nivel nacional.

Respecto al Indicador de Seguridad, se observa una realidad similar a lo anterior, con un valor sobre el resto del país, exceptuando la Región Metropolitana. Es especialmente preocupante el consumo de drogas, donde cerca del 40% de la población la ha presenciado en su entorno.

También es alto el porcentaje de población que declara haber presenciado balaceras (11%). Por regiones, Atacama vuelve a mostrar los niveles más altos de inseguridad, con el mayor Índice regional después de la Región Metropolitana, afectado principalmente por el consumo de drogas (sobre el 40% de la población).


Propuestas de la Cámara Chilena de la Construcción

A partir de estos antecedentes, el presidente (s) de la Cámara Chilena de la Construcción, Patricio Donoso, presentó 10 propuestas del gremio tanto para acelerar la reducción del déficit habitacional como para mejorar la calidad del entorno urbano de las familias:

  1. Perfeccionar los instrumentos utilizados para asignar subsidios y mejorar la focalización del gasto social en viviendas. Así se podría avanzar más rápido hacia el objetivo de revertir el aumento del número de campamentos y disminuir la presencia de los dos primeros deciles en el déficit habitacional de interés social total (39%).
  1. Permitir que familias que ya han obtenido una vivienda subsidiada puedan acceder a un nuevo “subsidio de movilidad” (de monto más acotado) que, junto con un crédito hipotecario, les ayude a cambiar su actual vivienda por otra en mejores condiciones.
  1. Definir estándares urbanos mínimos que deban cumplir todas las comunas del país, independiente de las condiciones socioeconómicas de sus habitantes, de manera de asegurarles niveles básicos de infraestructura urbana, equipamiento y servicios.
  1. Reforzar los programas de rehabilitación de barrios y viviendas, incluyendo las unidades que queden disponibles gracias a la aplicación del “subsidio de movilidad”. Esto permitiría crear rápidamente un stock de inmuebles para grupos vulnerable y moderar el déficit por deterioro.
  1. Garantizar la disponibilidad de suelo para la construcción de nuevas viviendas subsidiadas, ampliando las áreas de concesión de las empresas sanitarias y densificando zonas con buena infraestructura de transporte, equipamiento y servicios. Mayor concentración de allegamiento en sectores con estas características reflejan su alta valoración.
  1. Diseñar un programa de mediano y largo plazo para la ejecución de proyectos de infraestructura de alto estándar en las comunas más críticas. Principalmente referido a infraestructura de transporte, servicios públicos y áreas verdes.
  1. Crear un modelo público-privado para construir, mantener y administrar inmuebles en arriendo, junto con un reimpulso al subsidio de arriendo, para personas jóvenes y familias con vulnerabilidad transitoria o que aún no logran estabilidad laboral.
  1. Velar por el equilibrio entre la necesaria estabilidad del sistema financiero y las posibilidades de acceso a crédito hipotecario de las personas, de modo que los grupos emergentes (deciles III al VI) sigan encontrando en este instrumento la “llave” de su casa propia.
  1. Fortalecer el trabajo colaborativo entre el sector público y el privado, pues ha sido central en la acelerada disminución del déficit habitacional en las últimas décadas y debe seguir siendo clave para afrontar los nuevos desafíos en materia de vivienda y urbanismo.
  1. Si bien es una problemática que sobrepasa el ámbito de la vivienda y el urbanismo, cabe señalar que el 49% de las familias con déficit habitacional de interés social tiene a una mujer como jefa de hogar. Este grupo es particularmente vulnerable, tanto porque se trata de familias que suelen no tener un segundo ingreso como por la menor tasa de inserción laboral de las mujeres respecto de los hombres. Abordar esta realidad es un desafío mayor para el país.
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