Alejandra Mustakis: “Chile necesita más soñadores que emprendan desde su identidad”

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La emprendedora y empresaria chilena conversó en exclusiva con Poderyliderazgo.cl para abordar los desafíos del emprendimiento chileno, con especial foco en la realidad de quienes se atreven desde regiones


Referente del emprendimiento en Chile y América Latina, Alejandra Mustakis lleva más de dos décadas impulsando ideas que mezclan creatividad, innovación y propósito. Fue presidenta de ASECH, cofundadora de iniciativas como IF, Medular y Kauel, y ha dedicado su carrera a empujar el emprendimiento como herramienta de transformación social y cultural.

Para Alejandra, emprender no se trata solamente de generar negocios, sino de construir futuros posibles. Cree profundamente en el talento distribuido a lo largo del país, en el valor de las economías locales y en la urgencia de fomentar un ecosistema que abrace la colaboración, la diversidad y la descentralización.

En el marco de su reciente participación en MadeInnConce 2025, cumbre que reunió a los principales actores de la innovación en la región del Biobío, la multi emprendedora valoró el avance de los territorios fuera de Santiago como polos de desarrollo. Pero también hizo un llamado a pensar en grande, a dejar atrás el miedo al error y a cultivar una cultura más abierta al riesgo, al aprendizaje colectivo y a la identidad.

“Los ecosistemas más potentes no son los que tienen más plata, sino los que tienen más ganas, más comunidad y más conexión con su esencia. En Chile necesitamos más soñadores que emprendan desde su historia, desde lo que los mueve”, resalta Mustakis.

Para ella, el futuro está en quienes se atreven a mezclar tecnología con arte, ciencia con intuición, negocio con propósito. Y esa mezcla, asegura, “se está cocinando cada vez más fuera del centro”.


¿Cuál es tu mirada sobre el ecosistema emprendedor regional en Chile?

– Las regiones tienen un potencial gigante. Cada región también es un mundo, donde hay talento, ideas, ganas… y una identidad muy propia. Me ha tocado ver cómo los ecosistemas regionales se están articulando con una fuerza increíble, con emprendedores que no solamente quieren crecer, sino hacerlo desde lo local, desde lo propio. Eso es muy poderoso. Lo que falta a veces es visibilidad, inversión y apoyo técnico, pero lo esencial está: las personas con propósito.

Creo que si Chile quiere avanzar como país innovador, necesita confiar más en sus regiones, descentralizar las oportunidades y fortalecer esos polos con políticas públicas y privadas que conecten redes, recursos y capacidades. Soy absoluta creyente de que Chile necesita más soñadores que emprendan desde su identidad.


¿Qué fortalezas ves en el ecosistema emprendedor regional?

– Veo mucha creatividad, ganas y resiliencia. Los emprendedores regionales tienen una capacidad impresionante para reinventarse con pocos recursos. Y además, hay una conexión con lo local que es muy valiosa: con los saberes, con la cultura, con la comunidad. Eso genera proyectos más sostenibles, más conscientes.

Lo que falta, muchas veces, es visibilidad. Porque hay talento de sobra, pero no siempre se cuenta la historia. Y cuando se cuenta, se cuenta desde el centro. Hay que cambiar eso. Tenemos que poner más foco en visibilizar y fortalecer las redes regionales.


¿Cómo impulsar más emprendimiento más allá de Santiago?

– Primero, descentralizando de verdad: que los recursos lleguen, pero también que se decidan localmente. Luego, fortaleciendo las redes de apoyo regionales: mentorías, formación, espacios de encuentro, alianzas público-privadas. Y por último, cambiando el relato. No más la idea de que lo “bueno” está en Santiago.

Lo bueno está donde hay personas con ideas y ganas. Lo que necesitamos es confianza, inversión y una narrativa que celebre la diversidad territorial. Porque Chile no se construye sólo desde la capital.


¿Qué diferencia tiene emprender desde regiones en comparación con hacerlo desde Santiago?

– Emprender desde regiones es distinto porque parte desde una lógica más cercana, más conectada con el entorno. Muchas veces no tienes todos los recursos a la mano, y eso te obliga a ser más creativo, más colaborativo. Pero también hay una libertad mayor para hacer las cosas a tu manera, sin tanta presión por seguir modelos preestablecidos.

En regiones el vínculo con la comunidad es clave: tu cliente puede ser tu vecino, tu red de apoyo es tu barrio, y eso le da al emprendimiento una dimensión humana muy poderosa. Lo difícil es que todavía hay brechas (de acceso, de visibilidad, de infraestructura), pero lo que se gana en identidad, resiliencia y propósito es impagable.


¿Qué consejo le darías a alguien que quiere emprender hoy, desde regiones o desde una idea no tradicional?

– Empieza donde estás, con lo que tienes. No esperes el momento perfecto, porque no existe. La clave es dar el primer paso, aunque sea chiquitito. Rodéate de gente que te inspire, que te desafíe, que te acompañe. Y conecta con tu comunidad, porque el emprendimiento no se hace solo.

Además, sé honesto contigo mismo: ¿por qué quieres emprender? ¿Qué te mueve? Las ideas más potentes nacen de la autenticidad. Y no tengas miedo de hacer algo distinto, incluso si no encaja en lo que otros consideran una ‘buena idea’. Muchas veces, las ideas más locas son las que abren caminos nuevos.


 

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