Investigación desarrolla nanopartículas verdes con bacterias para descontaminar aguas industriales y combatir la crisis ambiental textil
Desarrollar un método sustentable que permita tratar aguas contaminadas con tintes textiles y otros compuestos dañinos es el desafío que aborda la Red Interuniversitaria en Investigación Asociativa, integrada por ocho universidades chilenas.
“Las tinciones sintéticas son carcinogénicas, pueden causar cáncer. Estamos enfocados en eliminar los tintes azoicos presentes en ropa, alimentos y cuero”, advierte la doctora Shrabana Sarkar, académica de la Universidad Autónoma y líder del proyecto.
Estos compuestos, altamente persistentes, representan una grave amenaza para la salud humana y los ecosistemas, por lo que la ciencia chilena trabaja en soluciones sostenibles y de alto impacto.
Nanopartículas verdes: descontaminación con bacterias
La innovación se basa en nanopartículas creadas a partir de polisacáridos bacterianos, capaces de degradar contaminantes en tiempos significativamente menores a los métodos tradicionales, sin uso de químicos agresivos.
Las bacterias fueron aisladas desde aguas termales del Maule, un entorno extremo que les permitió desarrollar propiedades únicas. “Estas nanopartículas pueden limpiar aguas contaminadas de manera eficiente y ecológica”, explica Sarkar.
Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de laboratorio, validando la efectividad del tratamiento en muestras de agua contaminada, con un horizonte de 18 meses de desarrollo.
Macrobasurales textiles: un desafío urgente en Atacama
La tecnología también busca enfrentar la crisis del vertedero de ropa en el desierto de Atacama, considerado uno de los mayores macrobasurales textiles del mundo.
“La ropa se quema con el sol, contaminando aire, suelo y agua. Queremos que estas nanopartículas degraden las tinciones, reduciendo el impacto ambiental”, alerta Sarkar. “Si seguimos así, la crisis climática nos pasará la cuenta”, enfatiza la investigadora.
El proyecto chileno es un ejemplo de cómo la nanotecnología y la biotecnología pueden aportar a un futuro más limpio y sostenible, enfrentando desafíos locales con soluciones de alcance global.