Por: Margarita Ducci B. | Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU.
Representar a Pacto Global Chile en la Cumbre de Líderes, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, fue una confirmación de que el sector privado está llamado a jugar un rol decisivo en la transformación global.
En un escenario marcado por conflictos armados, crisis climática, desigualdad y pérdida de confianza institucional, las empresas comprometidas con la sostenibilidad no sólo están respondiendo a un llamado ético, sino también estratégico.
Hoy, la sostenibilidad dejó de ser una aspiración para convertirse en una exigencia y obligación para todos. Las empresas no sólo están fijando metas, sino que las integran en el ADN de su estrategia de negocio, operaciones e inversiones. Lo hacen por convicción, pero también por resultados, ya que genera beneficios palpables y directos para el negocio.
Según el estudio United Nations Global Compact–Accenture 2025 CEO Study, el 88% de los líderes empresariales afirma que la sostenibilidad genera más valor hoy que hace cinco años, y el 99% mantendrá o ampliará sus compromisos climáticos, medioambientales y sociales.
La urgencia se ha vuelto una ventaja competitiva, pero se enfrenta a una realidad preocupante: solo el 35% de las metas de los ODS están en camino de cumplirse y el déficit de financiación anual supera los 4 billones de dólares. Esta brecha exige actuar con celeridad y credibilidad sin precedentes.
En esta nueva era, la inacción es un lujo que ninguna empresa puede permitirse. La presión por fijar metas concretas y comunicar avances con transparencia es inmensa.
Herramientas como la Comunicación de Progreso de Pacto Global, utilizada por casi 14 mil empresas, son claves para fortalecer la rendición de cuentas y construir confianza.
Afortunadamente, surgen señales de esperanza. En la Cumbre del Clima 2025, cerca de 100 países, incluyendo potencias como China y Nigeria, se comprometieron a implementar nuevos y más ambiciosos objetivos climáticos antes de la COP30.
Por primera vez, estos planes incluyen metas de reducción que abarcan todos los gases de efecto invernadero y detallan hojas de ruta para energías renovables y eliminación gradual de combustibles fósiles.
Los líderes mundiales coincidieron en que acelerar la transición energética es urgente y rentable. Genera empleo, crecimiento y seguridad. Los CEOs amplían sus compromisos y proyectan mayores inversiones en sostenibilidad, impulsando la innovación colaborativa y la co-inversión.
Invertir en soluciones sostenibles en alimentación, agua, salud y clima podría generar 10 billones de dólares y 400 millones de empleos al 2030. Financiar el futuro implica alinear capital con impacto. Significa usar indicadores de sostenibilidad y mandatos basados en resultados, donde los beneficios económicos y los objetivos sociales se refuercen mutuamente.
La gran conclusión de este encuentro global es un llamado a la acción colectiva efectiva.
Los desafíos son globales y requieren soluciones globales. Ninguna empresa, gobierno o país puede resolverlos por sí solo. La colaboración multisectorial, guiada por los Diez Principios del Pacto Global y los ODS, no es una opción, sino el camino viable para construir un futuro próspero y sostenible.
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