[Opinión] Una buena inversión hoy, evita problemas mañana

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Por: Valentín Acuña. Asesor jurídico Defem


En plena Operación Renta, es normal advertir que emprendedores busquen asesoría tributaria o contable para lograr hacer su declaración tributaria libres de objeciones u observaciones de parte del Servicio de Impuestos Internos. Muchas de esas asesorías que llamaremos “rápidas”, suelen dar curso a soluciones falibles, que tendrán que ser corregidas, o derechamente revocadas con posterioridad, haciendo que la asesoría rápida y sin costo derive en una asesoría larga y costosa, con otro profesional que tendrá la tarea de revertir el error.

Es vital para emprendedores de cualquier tipo, el ser asesorados de forma integral para el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Sin embargo, lo común es que los emprendedores busquen asesorías puntuales con el objeto de evitar incurrir en gastos de honorarios. Tanto emprendedores como familiares entusiastas no perdonan ni los eventos familiares para preguntar por sus inquietudes legales y/o tributarias del momento a sus conocidos contadores o abogados. Ello no sólo es poco sensible, sino que también es riesgoso, sobre todo cuando del otro lado de la gestión se encuentra el Servicio de Impuestos Internos.

Decimos que es un riesgo el confiar en la opinión de un abogado o contador, que resuelva una duda fugaz en un contexto ajeno al de una asesoría normal, no por desconfianza en las capacidades de cada profesional, sino porque no podrá abordar de forma cabal el caso con la debida atención a todas sus aristas y circunstancias, aumentando la posibilidad de error u omisión, que eventualmente repercutirá en la declaración de impuestos.

Una de las inconveniencias de personas cuyo valor profesional radica en sus conocimientos, es que para quien los necesite, no existe un límite espacial o temporal para consultar sobre los mismos. Tanto abogados como contadores no suelen rechazar consultas extemporáneas o casuales cuando están desocupados con la misma firmeza que un vendedor que no se encuentra en el espacio ni horario para vender en su puesto. En ese sentido, es muy probable que los emprendedores obtengan una respuesta a su inquietud, pero esta jamás va a cubrir la totalidad de sus necesidades de asesoría, ni mucho menos prepararlos para un eventual conflicto tributario.

Es en ese escenario que los emprendedores deben invertir en una asesoría tributaria completa, con un profesional de confianza que dedique su tiempo, espacio y conocimientos al estudio y desarrollo del caso. De esa forma, se podrá asegurar un nivel de diligencia apropiado no sólo para la declaración de renta anual, sino para mantener un comportamiento tributario libre de observaciones y medidas intrusivas por parte del Servicio de Impuestos Internos. Pagar una buena asesoría es siempre menos costoso, tanto en dinero como en tiempo y energías, que ser sancionado, multado o tener que llevar un juicio.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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