[Opinión] Mantén el equilibrio

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Por: Catalina Rodríguez C. Encargada de Calidad, Casinos RIVER SpA


Entre los múltiples problemas que agobian a nuestra sociedad, uno de ellos tiene gran peso en la nutrición. 

Lo que hace algunos años era la desnutrición, hoy se conoce como malnutrición por exceso, que desencadena problemas de salud en gran parte de la población, sin que hasta ahora haya una conciencia efectiva respecto de este tema que, desafortunadamente, sigue presente. 

El sobrepeso y la obesidad se definen como acumulación de grasa anormal o excesiva que puede deteriorar la salud. En Chile, y en muchos países del mundo, el exceso de peso presenta una prevalencia alta, la que sigue incrementándose a través de los años, ya que según los últimos estudios realizados se llega a conclusiones alarmantes: más del 60 por ciento de la población se encuentra dentro de este grupo. 

Una mala o inadecuada alimentación, ya sea en exceso o déficit de calorías y nutrientes, puede influir en el rendimiento del ejercicio físico, impidiéndonos alcanzar nuestros objetivos planeados, alejándonos de un estilo de vida saludable y provocando profundas consecuencias, tanto en el plano físico como también en el plano psicológico, por cuanto hay un deterioro en la calidad de vida que va unido de manera indisoluble al tema de la autoestima y la aceptación entre pares. 

Existen alimentos como lo son las grasas saturadas, trans y el azúcar que no tienen ningún beneficio en nuestra salud, y muy por el contrario de lo que algunas personas creen, estos pueden provocar hipoglicemia, meteorismo, entre otras diversas patologías. Dentro de los alimentos en que los podemos encontrar están los productos animales como lo son las carnes de cerdo y de vacuno, queso amarillo, mantequilla y leche entera, además de productos ultra procesados como las papas fritas, galletas, bebidas gaseosas y helados. 

Lo que una alimentación adecuada debe incluir son los productos que contienen grasas saludables, como lo son los frutos secos, paltas, aceitunas y pescados y los hidratos de carbono complejos, como los cereales integrales que nos aporten fibra. Conviene considerar que las frutas y verduras nos ayudan para cubrir nuestros requerimientos de vitaminas y minerales, los cuales perdemos a través de la orina, sudación y las heces. 

Como último grupo -pero no menos importante- están los alimentos ricos en proteínas, como lo son las carnes magras, dentro de las cuales encontramos el pollo, pescado y pavo (comúnmente conocidas como carnes blancas), además de los huevos y lácteos.

Otro tema de gran relevancia y que es muy importante de mantener es la ingesta de agua adecuada durante el día. En épocas pasadas solía decirse que tomando ocho vasos de agua al día completábamos nuestro requerimiento, pero en realidad indica que lo que necesitamos es una ingesta mayor a dos litros.

Poniendo en práctica todos estos puntos podemos comenzar y avanzar en nuestro estilo de vida saludable, no solo por estética, sino más bien por una buena salud a lo largo de nuestros años, porque debemos reconocer que somos muy ignorantes respecto de nuestro equilibrio nutricional, lo que además se ve influido de manera negativa por estilos de vida sedentaria, la falta de un horario adecuado para alimentarse, sobre todo cuando hay personas que por su trabajo, se saltan almuerzos o comen de manera excesiva la denominada “comida chatarra”, todo lo cual contribuye a la mantención de este estado de cosas. Los altos índices de estrés, de tensión y aceleramiento que nos sacude, también contribuyen a deteriorar nuestra cultura en torno a la alimentación y los cuidados que debiéramos tener con ella.

Aun cuando pareciera ser una frase más, sigue teniendo plena vigencia aquello que reza: “come para vivir, no vivas para comer”. Cuando seamos capaces de entender y practicar una dieta balanceada, conocer de verdad qué nos contribuye y qué no, empezaremos a tener una mejor opción de vida, con un desarrollo en mayor concordancia con los tiempos y las necesidades que actualmente nos agobian, preparando nuestro organismo al adecuado control de nuestra nutrición, todo lo cual se entrelaza de manera directa con el tema de la productividad y la calidad de vida, materias fundamentales para una zona minera como la nuestra, donde el sistema de turnos, por ejemplo, impone de medidas específicas para alcanzar el deseado equilibrio respecto de la alimentación, el desarrollo y la vida saludable.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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