La protección de la infancia: imperativo moral y estratégico del país

0

Por:  Bernardita Espinoza V. Ingeniero Civil Industrial, Universidad de Chile. Docente Universidad de Santiago de Chile (Diplomado en Dirección de Proyectos)


Toda Sociedad, Empresa, Nación u Organización que no se preocupe del futuro, de quienes la van a dirigir, construir y van a producir en dicho futuro está condenada al fracaso. En el caso de una Nación, el futuro está en nuestros niños, su educación, su bienestar, su cuidado y protección.

La protección de la infancia, no es sólo un imperativo moral, es un imperativo estratégico, y es una misión que no tiene color político, ni puede ser mirada en confrontación por los diversos sectores que conforman la Sociedad, pues no es antojadizo señalar que ellos constituyen el futuro, es una realidad inapelable.

En este contexto la inaceptable situación que se ha manifestado en torno del Servicio Nacional de Menores (SENAME), que no sólo es denostable  por la absoluta negligencia de este servicio en el ejercicio del fundamental rol que se le ha encomendado, relativo a procurar la protección de los menores que se encuentran desprotegidos u abandonados por quienes estaban primariamente mandatados a protegerlos, vale decir sus familias;  sino que, lo que es realmente inaceptable, es que esta situación de incumplimiento de una función central para el país, sea politizada y defendida o atacada, sin una compresión real de la envergadura y la relevancia que implica la ocurrencia de las generalizadas fallas en el servicio así como la resolución sostenida y definitiva de éstas.

Se trata de una Negligencia y deficiencia histórica, que ni siquiera necesita de Informes para ser reconocida, toda vez que este Servicio representa al Estado en la vital función de proteger a quienes constituyen el futuro del país.

He sido testigo, con consternación, de la discusión respecto de este delicado y trascendental tema País, y no deja de sorprender la politización del tema, que tuvo como resultado centrar la discusión en que sector político gana o pierde electoralmente con este asunto y no en procurar que el SENAME revierta su historia de incumplimiento de su función vital, que ha llegado a los extremos de ser, como organismo, más una amenaza para los menores que debe proteger, que un organismo de reemplazo de las familias ausentes en su función de proteger, educar e insertar en la Sociedad a los niños que le son encomendados.

Los resultados que se han dado en este caso, con el rechazo del Informe SENAME II, mediante el cual se ha acusado de “negligencia inexcusable” a las autoridades responsables de este servicio, cuestión que, a la luz de la realidad del Servicio, no tiene discusión y, en el cual, asimismo, se ha señalado no sólo las deficiencias flagrantes del Organismo, sino que las medidas para resolver y procurar que el Organismo Estatal cumpla con la función que se le ha encomendado.

Este rechazo político y electoral es vergonzoso. No tiene defensa ni argumentación que sea atendible o plausible, simplemente, una vez más, ha primado la defensa de los intereses individuales y la carrera por los escaños, en vez del espíritu de servicio y de defensa del bien común, que, como ciudadanos, hemos depositado en nuestras autoridades políticas.

Print Friendly, PDF & Email
Compartir

Acerca del autor

Comments are closed.