Josefa Villarroel, directora de OPEM: “El ecosistema del emprendimiento se ha formado gracias al Estado”

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En medio de una gira nacional, que está realizando con miras a impulsar el emprendimiento liderado por mujeres a lo largo y ancho del país, conversamos en exclusiva con Josefa Villarroel Muñoz, actual directora del Observatorio de Políticas de Emprendimiento (OPEM), autora del “Reporte de Fondos y Concursos para Emprender” y panelista permanente de diversos programas de televisión y radio ligados al mundo emprendimiento y la innovación


Josefa Villarroel, Administradora Pública de la Usach y Magister en Gerencia y Políticas Públicas de la Universidad Adolfo Ibáñez, nos cuenta que su arribo al mundo del emprendimiento surgió durante su infancia y que se consolida en su época de estudiante de pregrado “llegue de una forma muy natural, yo siempre me he identificado con el espíritu emprendedor. Siempre me interesaron desde pequeña los negocios, era la que vendía en el colegio, siempre con ganas de hacer y me interesaba el mundo de la empresa y cuando tuve que estudiar, lo más lógico, era estudiar ingeniería comercial, pero tenía una vocación pública, bien fuerte. Y decidí estudiar administración pública, porque yo veía como el Estado tenía un rol fundamental hacia las pymes”.

Esta relación de vida, de complicidad con los emprendedores, sus sueños y sus fracasos, han permitido a Villarroel desarrollar una mirada crítica, pero propositiva del emprendimiento y las cosas que hacen falta por desarrollar para consolidar un ecosistema que logré ser reconocido como único a nivel mundial.


A partir de tu experiencia… ¿cómo ha evolucionado el mundo del emprendimiento en el país?

“Cuando yo empecé a estudiar, lo que se hablaba era el concepto de las pymes, eso era lo más cercano y era donde se ponía el foco, las políticas públicas eran en apoyo a las pymes y eso después fue evolucionando. Ahora uno habla de emprendimiento y ser emprendedor se dice con orgullo. Pasamos de estar en transición, donde antes emprendedor era como ser desempleado, a que ahora los emprendedores tienen un alto reconocimiento. Pasamos de que se hablaba de pymes a que ahora es algo que es reconocido positivamente e incluso algunos estudios muestran que ser emprendedor es reconocido como una carrera, como que hay un nicho importante de desarrollo”.

Y en esta transición, ¿qué rol ha jugado el Estado?

“El Estado ha sido un motor fundamental en construir un ecosistema de emprendimiento. Hoy día hablamos de un sistema de emprendimiento robusto que va a acoger a los distintos perfiles de emprendedores, ha sido un súper buen trabajo que se ha logrado en poco tiempo y nos distinguen dentro de otros entornos en el mundo”.


¿Qué aspectos mejorarías?

“Creo que tenemos una especie de complacencia en lo que se ha generado. El desarrollo del entorno emprendedor es una etapa que yo creo está más o menos consolidada, está muy consolidada en Santiago. Hay regiones en cuales no existe ese ecosistema, entonces, el primer desafío sería que este sistema que se ha logrado posicionar muy bien en algunos territorios, en algunas regiones, sea efectivamente como democrático o de acceso para todos. Primero hay que darse cuenta de que no todas las regiones tienen las mismas potencialidades, no están instalados los mismos actores y desde ahí nivelar. Generar un mínimo, un estándar mínimo para que los emprendedores de Arica o Iquique no tengan que estar viniendo con Santiago para poder vincularse con esos actores”.

“También, en la línea de esta autocomplacencia en general, creo que estamos en una etapa en la que se debería exigir al ecosistema y al rol que tiene en Estado, tan importante en crear este ecosistema, en acelerar. Hay que nivelar, hay que completar estos ecosistemas donde están un poco coartados o rezagados, pero además hay que sacarle trote. Hay que dinamizar las políticas de apoyo al emprendimiento, y esto en el sentido de que ya se ha creado una base, tenemos actores, tenemos muchos emprendedores, pero esos emprendedores necesitan que ese momento se modifiqué para que puedan crecer rápidamente porque si no, lo que tenemos es un espacio, un techo. Tenemos muchos emprendedores que entrar al sistema y no pueden avanzar porque las políticas públicas no avanzan. Entonces, tenemos que ver cómo ayudamos a todos estos emprendimientos que se han creado a crecer, ya sea a través de la internacionalización o de otro mecanismo”.


Entonces, ¿emprender en Santiago es totalmente distinto a hacerlo desde regiones?

“El ecosistema de emprendimiento es un reflejo de las cosas que pasan en el país. Chile es un país bastante desigual, está lleno de prejuicios, no es un país igualitario, tenemos nuestras desigualdades y esa misma desigualdad se traduce en el ecosistema del emprendimiento. Entonces, esa desigualdad ocurre en distintos ángulos con la mayoría de los emprendedores, ocurre con los territorios y ocurre con distintos perfiles de emprendedores, que tienen más o menos acceso a la información. Hay ciertos grupos que tienen más acceso y hay otro que quedan como excluidos.  No tienes las redes, no sabes cómo llegar a esta información y eso hay que seguirlo trabajando porque se piensa que está resuelto… que es como, ¡oye esta toda la información en internet!, y no es así. De hecho, hay lugares donde no hay internet. Que brecha más excluyente el que no tengas acceso a la información porque no tienes acceso a internet”.


Desde esa lógica, ¿el emprendimiento cumple un rol social?

Absolutamente, el emprendimiento es un motor dinamizador de distintos aspectos, siempre pienso que el emprendimiento no solamente en términos de negocios, sino que algo que no hacemos acá mucho, el fomentar la iniciativa emprendedora, el espíritu emprendedor que te lleva querer transformar más las realidades. Es un motor dinamizador, es importante para la sociedad. Es súper importante para las mujeres, en términos de lograr la autonomía económica, es un motor, y entonces, cuando las personas tienen talento y tienen ganas deberían tener acceso, acceso a los apoyos, acceso a la información, que es la primera barrera, si no tienen acceso a la información no tienen como vincularte, como articularte”.


Respecto a este último punto que planteas… ¿el emprendimiento chileno es machista?

“Sí, absolutamente. Se habla de los sesgos con respecto al emprendimiento que se le llama el emprendimiento femenino, pero que en realidad tiene que ser emprendimiento liderado por mujeres, como una forma de relevar el rol que las mujeres pueden tener en el desarrollo en el liderazgo de sus propios emprendimientos. Las brechas son transversales, pero a las mujeres las afectan más y, sobre todo, a veces en el tema de credibilidad. Efectivamente a las mujeres, por distintas condiciones, nos cuesta más emprender y en las regiones cuando se agudizan más las barreras para todos los emprendedores, se agudizan aún más para las mujeres”.


¿Qué diferencia existe entre el emprendimiento liderado por una mujer a aquel impulsado por un hombre?

“Cuando uno trata eso, se cae en la caricatura. Que la mujer le pone más corazón, que el hombre es más frío. Entonces, uno cae en esa caricatura. Creo que existen variados perfiles de emprendedores y de emprendedores que desarrollan distintos tipos de iniciativas, donde uno podría encontrar una diferencia y eso a las mujeres nos resta protagonismo o validez en la forma en la que queremos emprender.  Se dice que las mujeres emprenden más por necesidad y que los hombres emprenden más por oportunidad”.

“Es decir, que la motivación que mueve a los hombres es poder ganar más dinero, buscando incrementar ingresos mientras que las mujeres es como que tienen que hacer. Pero, cuando uno pregunta ¿cuál es la necesidad?, son más variadas. El hombre en general responde, quiero ganar más plata. Pero las mujeres, a veces hablan de compatibilizar el trabajo con la vida personal. Entonces, ese emprendimiento queda categorizado como por necesidad. Siendo que en realidad es más que una necesidad, puede ser visto como un estilo de vida”.

Entonces, hablamos de un prejuicio…

“Creo que la percepción sigue siendo como este estigma respecto del área en el que las mujeres emprenden o son exitosas. Ahora de apoco -con todos estos movimientos- estamos demostrando que hay mujeres que brillan, que lideran y que generar iniciativas emprendedoras que tienen éxito en distintos ámbitos.  Eso sigue siendo un esfuerzo, de tener que visibilizar eso y tener que mostrarlo. Porque en el inconsciente de las personas, en el día a día está esto de disminuir la capacidad de emprendimiento o dudar de la capacidad de que las mujeres tienen que emprender en ciertos ámbitos o incluso también de no validar las motivaciones que pudieran existir detrás”.


A tu juicio, ¿las casas de estudios superiores entregan un real apoyo al emprendimiento?

“No. Todas las universidades en Chile son las universidades del emprendimiento y la innovación… no hay universidad que no tenga eso en su eslogan: emprendimiento, creatividad, tecnología, y le vamos sumando cosas. Se entregan algunas herramientas, casi todas las carreras tienen cursos de emprendimiento uno y dos. Además, con estos programas, sobre todo en ingeniería 2030, como que es un estándar mínimo. Distinto es que realmente haya una conciencia de ayudar a los emprendedores, a los alumnos emprendedores. Ahí yo tengo una gran critica, porque finalmente tú le dices al alumno que emprendan, pero cuando un alumno toma la decisión de emprender tiene consecuencias. Como, por ejemplo, quiero congelar, quiero dedicarme al emprendimiento y ¿qué pasa con las universidades del emprendimiento?, empiezan a poner trabas, no le facilitan el proceso, siendo la misma la universidad quien inició esta motivación, no están preparadas”.

“Los alumnos que quieren hacer su propio emprendimiento, que tiene algo de avanzado y lo quieren presentar. Te dicen que no, que debes obedecer a ciertas reglas. Entonces, en realidad en la universidad no han hecho los cambios para apoyar al emprendimiento y apoyar a los universitarios. No hay una iniciativa emprendedora comercial y luego en enfatizar la mentalidad emprendedora. Tuve la fortuna de estar un semestre en Japón, y lo que más me llamaba la atención, era la forma en la que toda la universidad, todos los actores de la universidad, los profesores, los ayudantes como que hacían esto de alentar, de fomentar realmente. La lógica era que los alumnos llegaban con una idea, y le decían okey, muy bien, hágala. Siempre alentando a innovar, a explorar, y eso hace que el espíritu emprendedor se vaya formando”.


¿El emprendimiento es una real oportunidad para diferenciarnos como país a nivel mundial?

“Hay que reconocer que el ecosistema del emprendimiento se ha formado gracias al Estado. Es el Estado quien, desde sus distintas políticas ha incentivado la creación de incubadoras, de centros de desarrollo de negocios, redes de mentores. Instituciones de emprendimiento que han surgido de algún programa de gobierno o ha sido apoyadas por un programa de gobierno. Esa visión del Estado, que ha ido recogiendo bastantes modelos, que ha ido evolucionando en los últimos años, es lo que ha transformado el ecosistema, lo moldea absolutamente a través de las políticas bajo la misma lógica”.

“Entonces, tenemos el piso, tenemos los actores, hay que hacer otras cosas. Deberíamos ser más ambiciosos y entender, ya que el Estado ha estado metido tanto en el desarrollo de instituciones como el apoyo al emprendimiento. Hay una inversión estatal que hay que capitalizar, y en este momento no se está capitalizando, se están perdiendo los recursos o no se les están sacando el provecho a los recursos que se han invertido”.


¿Y de qué forma crees que se puede capitalizar?

“Creo que se podrían hacer reformas en instituciones que hasta el momento no han sido tocadas por el tema del emprendimiento, como el tema de las Compras Públicas, por ejemplo. Pudiera haber cierto tipo de compras públicas que dependen del Estado, un ítem, que bonifiqué con un porcentaje a empresas que hayan desarrollado su producto gracias a una inversión estatal. Sobre todo, en proyectos que benefician o tiene un perfil social. ¿Cómo el Estado no se hace cargo de eso también?  Diciendo, ¡oye hay una inversión pública acá, yo soy parte de este proyecto!”.

“Otra forma de impulsar es que el Estado diga que quiere generar soluciones en base a recursos estatales en todas las dependencias públicas, en todas las escuelas públicas, en los ministerios, en los servicios, que el Estado sea parte, que sea el primer cliente. Si el Estado ya creyó en ti, que sea tu primer cliente y eso realmente haría, particularmente en ciertos tipos de proyectos que tienen un impacto social, la diferencia para los emprendedores, para las empresas, generaría puestos de trabajo, que son todas las cosas que el Estado quiere una vez que apoya un emprendimiento. Eso realmente crearía un modelo de apoyo al emprendimiento estatal único”.


Y en este escenario, ¿qué opinas del mundo privado y su relación con el emprendimiento?

“El mundo privado está entrando en el tema del emprendimiento. Hay varias marcas que están realizando acciones, de hecho, ahora se ve muchas empresas que están armando sus propias áreas de innovación, que era algo que antes no existía, muchas marcas están tomando el concepto de emprendimiento. Lo introducen dentro de la publicidad, hacen productos especiales para emprendedores, hay muchas que están generando concurso para desafíos. Los desafíos en general vienen dados por un programa de gobierno, también son cosas que el Estado ha impulsado”.

“Ahora, con una visión bien critica yo creo que están al debe. Hace unos días yo estaba observando que hay como 4 o 5 convocatorias de innovación abierta, donde las empresas invitan a los emprendedores que presenten soluciones y ahí es cuando uno analiza los concursos. Ves los premios, no son significativos, no se ve un compromiso real de trabajar con los trabajadores, realmente no se proyecta cómo la empresa va a trabajar, va a apoyar, va a generar una instancia de innovación abierta. Eso mismo se repite en los temas universitarios, se hacen desafíos, pero después tú ves cómo funciona la mecánica, ves poco compromiso, la iniciativa no termina en soluciones concretas. Entonces yo creo que ahí uno podría decir que hasta el momento no es muy positivo el apoyo de las empresas, hablan de emprendimiento por marketing y al debe en innovación”.


Con todo lo complejo que es emprender, ¿qué mensaje entregas a quienes quieren tomar el camino del emprendimiento?

“Lo que les transmito siempre a los emprendedores es: Primero, estar conscientes de que hay muchas oportunidades, hay que aprovechar todas las instituciones que apoyan al emprendimiento, hay que aprovechar todos los temas de financiamiento, todos los espacios de difusión que tiene ahora los emprendedores. El mensaje es ver que existen oportunidades.

“Segundo, ver que las oportunidades son muy amplias, no solamente están en el Estado, en general, los emprendedores conocen algún fondo de la Sercotec, de la Corfo y ahí llega su mundo. No, hay muchas más oportunidades, públicas, privadas, ONGs nacionales, internacionales. Un emprendedor que hoy día está con su idea y sueña con ser global, debería ir a buscar esos vínculos desde ya para ser global”.

“Para poder aprovechar efectivamente todas esas oportunidades, hay que saber aprovecharlas y eso implica que los emprendedores se preparen, que tengan conciencia del mercado, que sean expertos en su negocio. Hay muchos emprendedores que tienen muchas ganas, mucho espíritu, pero no tiene conocimientos de la industria en la que quieren emprender y eso, a lo mejor, con tanto apoyo, se podrán ganar un concurso, pero no va a cumplir con el objetivo de ser exitoso con su negocio. Es estar consciente de las oportunidades, prepararse para poder aprovechar esas oportunidades, teniendo visión del negocio, porque al final eso realmente les va a llevar a generar las ventas, a generar los márgenes de utilidad y es ahí donde está el foco de los emprendedores hoy en día. No en solamente ganar concursos de pitchers o que te hagan una publicación en un medio, si eso no va acompañado de un crecimiento de tu negocio, en términos de lucas, en términos de margen. Hay que estar atentos, porque significa que no estamos haciendo un buen trabajo”.


Dejamos a Josefa Villarroel preparando su próximo taller para mujeres emprendedoras en Antofagasta… se ilusiona, se apasiona con lo que será esa nueva jornada de vínculo y aprendizaje colectivo en torno al emprendimiento y los múltiples beneficios que este genera para todos, pues está convencida que se trata de “transformar tu realidad y, a través de eso, transformar la realidad de otros con distintas acciones, acciones sociales, acciones de negocios, acciones de primer impacto”.


 

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