Por Marta Tapia. Customer Success Manager de InterSystems Chile
Si algo quedó demostrado en los últimos años, es que la fortaleza del sistema de salud descansa en su personal. Médicos, enfermeras, tecnólogos, administrativos y equipos de apoyo son el verdadero motor de un sistema que funciona bajo presión constante, con una creciente complejidad asistencial y una demanda social que no cesa. Según la World Health Organization (OMS), se estima que para 2030 habrá un déficit global de 11 millones de trabajadores de la salud, lo que evidencia la presión creciente sobre los equipos clínicos y de apoyo.
En ese contexto, la tecnología no puede ni debe reemplazar su labor: su función es acompañar y potenciar. De hecho, aunque el 70% de los líderes de TI en salud declara estar satisfecho con el valor de sus inversiones tecnológicas, un 73% advierte que las limitaciones en capacidades de datos e infraestructura obstaculizan su potencial. Esto refuerza que la tecnología es un aliado, no un sustituto.
Hoy, el principal desafío de los equipos clínicos va más allá de la falta de información; es que la data es mucha, no es uniforme y está dispersa. La fragmentación de los datos clínicos entre hospitales, centros primarios, laboratorios y aseguradoras no interactúan siempre, lo que genera brechas en la continuidad del cuidado y obliga a tomar decisiones con información incompleta.
Esta realidad se refleja en un estudio publicado en MDPI Information en 2025… que advierte que “los sistemas de información sanitaria han creado silos de datos aislados”, dificultando el acceso oportuno y completo a la información clínica. Esa realidad tiene consecuencias clínicas, operativas y humanas que deben abordarse con urgencia.
Las soluciones de interoperabilidad y gestión de datos sanitarios son las herramientas que permiten revertir ese escenario. Al integrar distintas fuentes de información, los equipos de salud acceden a una visión unificada del paciente, con antecedentes actualizados, exámenes previos y tratamientos vigentes. Esto reduce errores, evita duplicidades y optimiza tiempos críticos de atención.
En nuestra experiencia, cuando la tecnología está bien integrada, los funcionarios recuperan algo invaluable: confianza en los datos. El estudio “Routine health data use…” halló que verificar la exactitud de los datos aumenta hasta 3 veces la probabilidad de una decisión bien informada. Esa confianza permite decisiones más rápidas y seguras, mejora la coordinación y refuerza el vínculo humano con el paciente.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor (a) y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poderyliderazgo.cl


