Conocida también como inversión colectiva, está modificando la forma de inversión inmobiliaria en el país, conquistando a jóvenes, principalmente hombres de entre los 20 y 35 años
A las formas tradicionales que eligen las personas para incrementar su dinero, como fondos mutuos, bienes raíces, depósitos a plazos, entre otros, se le suma una nueva manera de invertir: crowdfunding inmobiliario. Esta tendencia por apostar por la construcción de un inmueble es muy reciente, pero ya se pueden ver atisbos de este tipo de inversor.
“Aunque el espectro es amplio en edad, ya que no existe un período específico para probar otras opciones para invertir, los estudiantes universitarios y los profesionales que recién están empezando son los que más se están atreviendo”, afirma Gonzalo Asenjo, cofundador de Lares, crowdfunding inmobiliario chileno.
También conocido como inversión colectiva en construcción, estas empresas permiten que distintas personas puedan ser parte de un proyecto inmobiliario sólo por 500 mil pesos, todo a través de una plataforma online. “Quienes han tenido la intención de adquirir un inmueble pero ha quedado fuera de su alcance o ha encontrado que todo el proceso es muy complejo por desconocer el mundo de las inversiones, son los que más acceden a esta forma de ganar dinero”, explica Asenjo.
Según un análisis realizado por Lares, los hombres se interesan en el método del crowdfunding más que las mujeres, lo que llevado en número corresponde a 76% y 24%, respectivamente. “Son más los hombres de treinta años los que optan por este tipo de inversión, siguiéndole los pasos los veinteañeros, pero lo más llamativo es que las personas sobre 60 años, quienes se supone están más alejados de las nuevas tendencias, si les interesa”, explica el cofundador de Lares.
Dentro del mismo estudio, se descubrió que un 42% de los inversores son ingenieros, 16% médicos, 10% arquitectos y un 32% trabajan en otros rubros. “El crowdfunding inmobiliario es una de las nuevas tendencias mundiales para obtener de manera fácil y segura”, concluye Asenjo.
