Por: Josefina Hevia. Jefa de programa Circo Frutillar de Fundación Mustakis
Dentro de las celebraciones que se viven en el país durante septiembre, una de las más queridas es el mes del circo, arte popular que por estas fechas levanta carpas y organiza espectáculos para toda la familia en distintos barrios y ciudades.
El circo es vida, alegría y movimiento. Así lo entendemos en Fundación Mustakis y por eso, en el corazón de la ciudad de Frutillar, en la región de Los Lagos, iniciamos desde 2014 una experiencia que aborda el arte circense combinando educación, desarrollo de habilidades socioemocionales e identidad en la comunidad.
El programa Circo Frutillar, impulsado desde sus inicios junto a la Municipalidad de Frutillar, es un ejemplo de cómo el circo puede constituir una poderosa herramienta de desarrollo integral que entrega competencias esenciales para la vida.
Durante sus once años de existencia, más de 700 niños, niñas y jóvenes de entre 7 y 23 años han sido parte de este programa. Según un reciente estudio, el 88% de los participantes confirman su percepción de que Circo Frutillar fue y/o es una experiencia significativa, lo cual asciende a un 92% desde el punto de vista de sus apoderados.
Asimismo, desde los relatos de los participantes, surge de manera espontánea la percepción de que la experiencia en el programa ha contribuido en distintos aspectos de sus vidas, entregándoles herramientas y valores que van más allá de la práctica circense.
En la labor de Circo Frutillar, el trabajo en equipo es una realidad cotidiana donde cada rutina depende tanto de la colaboración y coordinación entre compañeros, así como de la confianza mutua que se vuelve indispensable cuando la seguridad física depende de otros.
La resolución de problemas adquiere una dimensión práctica, ya que si una acrobacia no resulta como estaba planeada, hay que improvisar, adaptarse y encontrar soluciones creativas.
Otro de los aspectos valiosos, es el desarrollo de la mentalidad de crecimiento, ya que en el circo, el error no es fracaso, sino constituye un pilar fundamental del aprendizaje. Niños, niñas y jóvenes construyen paso a paso habilidades y destrezas fundamentales para su desarrollo tanto en lo personal como laboral.
Las competencias que promueve el programa Circo Frutillar, tales como comunicación asertiva, confianza, colaboración, creatividad, conciencia corporal, atención plena, empatía y autoconocimiento, entre otras, son herramientas claves para el mundo de hoy.
Así también, uno de los aspectos más destacados por los participantes del programa es la valoración de la diversidad e inclusión que promueve la experiencia Circo Frutillar, integrando participantes de distintas realidades sociales, culturales y económicas, quienes se unen como iguales en la práctica circense, valorando lo que aporta cada uno, generando lazos de confianza y amistad.
En este sentido, en un contexto donde las habilidades para la convivencia entre pares se ven exigidas, programas como Circo Frutillar aportan con un modelo consolidado para la formación integral donde más que técnicas circenses, quienes participan desarrollan competencias que los acompañarán de forma transversal en las distintas áreas de sus vidas.
Nota: El próximo jueves 2 de octubre en la Biblioteca Municipal de Frutillar, Fundación Mustakis presentará un estudio sobre el impacto de Circo Frutillar en la comunidad durante sus diez años de existencia.
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