Por: Daniel Vercelli B. Managing Partner de Manuia Consultora y director de empresas
Durante el evento ENADE, el presidente Gabriel Boric, de manera telemática desde Italia —con algunos problemas para estar bien conectado con lo que estaba pasando en Santiago—, dijo algo que resuena: “Chile no se cae a pedazos”. Y la verdad es que tiene razón. Pero yo añadiría que, aunque no nos estamos desmoronando dramáticamente, sí hay un proceso más sutil en marcha: nos estamos “descascarando”.
¿En qué se basa este argumento? Pensemos en algunos hechos. Cerramos cuatro años con un crecimiento económico menor al 2%, algo que, sin ser una catástrofe, es un síntoma de que la pintura se resquebraja. La delincuencia parece desatada, los permisos para grandes inversiones se demoran más de la cuenta y el desempleo prolongado supera el 18%. Todo esto no significa que el país se esté desmoronando, pero sí que va perdiendo capas de solidez y de su esencia hacedora, como señaló Holger Paulmann en Enade.
En el ámbito privado también ocurre, por ejemplo, cuando no pagamos las cotizaciones previsionales completas o usamos nuestros contactos para saltarnos una fila. Cuando pedimos una factura en lugar de una boleta para un gasto personal, contribuimos al descascaramiento del país. No es que Chile se rompa, pero pierde una fina capa de integridad social cada vez que hacemos la vista gorda.
La reflexión anterior me lleva al aplauso de pie que recibió la contralora Dorothy Pérez, quien con solidez profesional, ética funcionaria y sentido común pragmático, nos deja dos preguntas.
La primera: si alguien fiscalizara con igual rigor nuestras prácticas privadas, ¿aplaudiríamos igual? Prefiero pensar que sí, porque la mayoría de los chilenos sabe por dónde se nos está descascarando el país y quiere poner el esfuerzo en detenerlo.
La segunda pregunta es: ¿la aplaudimos por hacer bien su pega o por algo más? Quizás porque tenemos el anhelo de seguir siendo un país ordenado, que “hace la pega”, donde la ética del trabajo eficiente y bien hecho sigue siendo un valor central. Esa es una característica nacional que debemos preservar para no seguir descascarándonos.
Chile es un país capaz de grandes cosas cuando pone lo colectivo por delante, como destacaron Pedro Carcuro, Holger Paulmann y Susana Jiménez en sus intervenciones. Somos un país que valora el orden, la disciplina y el rigor, y que debe convertir los aplausos al trabajo bien hecho en acciones concretas. Solo así evitaremos que el descascaramiento se transforme en derrumbe.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor (a) y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poderyliderazgo.cl