Por: Esteban Valenzuela V. Ministro de Agricultura
Tras ocho años desde el ingreso del proyecto al Congreso, Chile dio un paso histórico con la aprobación de la ley del nuevo del Servicio Nacional Forestal (Sernafor). Estamos seguros de que, más que un cambio de nombre esta será la transformación de la CONAF de corporación a un servicio público, con lo que se salda una deuda histórica del Estado que hoy empezamos a pagar.
Con esta nueva institucionalidad, tenemos la certeza de que estamos dando los primeros pasos para, en los próximos años, proyectar un servicio completo, íntegro, que esté al cuidado de los ecosistemas forestales. Y en especial, con nuevas funciones extremadamente importantes para la ciudadanía.
El Sernafor tendrá varios roles clave: entre ellos están el fortalecer el manejo del bosque nativo, el arbolado urbano, la restauración ecológica y una industria forestal sostenible. Y, por supuesto, liderar la prevención y respuesta frente a incendios forestales. Chile lo necesita. El momento es ahora.
Por eso, es importante destacar que una de sus funciones fundamentales es la prevención y combate de los incendios forestales, labor que se verá reforzada con esta nueva institucionalidad, estableciendo que deberá elaborar el Plan Nacional para la Reducción del Riesgo de Incendios Forestales, la coordinación con el Sistema Nacional de Reducción de Riesgo de Desastres, las facultades excepcionales del servicio en caso de incendio forestal y la creación del Registro Nacional de Protección contra Incendios Forestales.
Según el nuevo mapa de riesgo de CONAF, en la Región de O’Higgins se identifican zonas de alto y muy alto riesgo que abarcan cerca de 60 mil hectáreas (59,4 % del total en interfaz urbano-rural), lo que da cuenta de la urgencia de fortalecer las capacidades de prevención y combate de incendios en el territorio.
Un hito adicional es que las y los trabajadores de Conaf pasarán a ser funcionarios públicos, a quienes se les reconoce su experiencia y compromiso a través de procesos de traspaso justos, concursos públicos y directivos elegidos por Alta Dirección Pública. Son ellos quienes, por décadas, han protegido nuestros bosques. Hoy les damos el reconocimiento institucional que merecen.
Este ha sido un trabajo colectivo de todos. Particularmente, agradezco a los parlamentarios, de todos los sectores, por su voluntad de diálogo. Esta es una política pública sólida, construida colectivamente y que, estoy seguro, contará con el apoyo de toda la ciudadanía. Un ejemplo de lo que podemos lograr cuando dejamos de lado las diferencias y actuamos unidos como país.
Hoy cumplimos con Chile, con la preservación y conservación de la naturaleza, componentes invaluables de nuestros ecosistemas y del desarrollo forestal del país y con quienes han sido, por más de medio siglo, los guardianes incansables de nuestros bosques.
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