El Congreso Nacional avanza en la tramitación del acuerdo que permitirá la adhesión de Chile como Estado Miembro Asociado del CERN, la organización científica más relevante del mundo en el ámbito de la física de partículas.
La iniciativa, enviada por el Presidente Gabriel Boric Font, fue aprobada por unanimidad en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, y ahora será revisada por la Comisión de Hacienda antes de su votación en la Sala.
El acuerdo, junto con el Protocolo sobre Privilegios e Inmunidades del CERN, fue suscrito el 16 de mayo de 2025 en Ginebra, y representa un paso estratégico para consolidar la presencia de Chile en los espacios globales de generación de conocimiento.
Un paso estructural para la ciencia chilena
El ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aldo Valle Acevedo, sostuvo que el ingreso al CERN marca un punto de inflexión para la política científica del país.
“Ingresar al CERN es abrir las puertas del conocimiento más avanzado del mundo a la ciencia chilena. Significa acceder a tecnologías de alta complejidad y generar nuevas oportunidades para nuestras universidades, empresas de base científico-tecnológica y comunidades académicas”, señaló el ministro.
La Organización Europea para la Investigación Nuclear agrupa a más de 23 Estados Miembros y decenas de asociados, que colaboran en investigaciones sobre los componentes fundamentales de la materia. Su Gran Colisionador de Hadrones (LHC) es el acelerador de partículas más grande y potente construido, donde se confirmó la existencia del bosón de Higgs en 2012, hallazgo que cambió la comprensión de la física moderna.
En este contexto, la adhesión de Chile permitirá ampliar la participación de investigadores nacionales en proyectos de frontera y fortalecer el ecosistema científico-tecnológico, con impactos directos en el desarrollo de capital humano avanzado.
Colaboración internacional y política de Estado
El Acuerdo Chile–CERN formaliza más de 20 años de colaboración científica, iniciados con el convenio de cooperación de 2004. En lo operativo, permitirá que instituciones chilenas participen en experimentos y programas de formación, y que empresas nacionales accedan a procesos de contratación tecnológica.
El país estará representado ante el Consejo y el Comité de Finanzas del CERN, con voz pero sin voto. A cambio, realizará un aporte financiero equivalente al 10% del valor de un Estado Miembro pleno, obteniendo acceso proporcional a las oportunidades científicas e industriales de la organización.
Desde la Cancillería, el ministro Alberto van Klaveren subrayó el valor de este proceso como expresión de una política de Estado en ciencia y cooperación internacional:
“La tramitación de este acuerdo es una señal concreta del compromiso de Chile con la cooperación científica y el fortalecimiento de nuestra institucionalidad democrática. Este tipo de decisiones trascienden los gobiernos y proyectan al país hacia una inserción global basada en el conocimiento”, afirmó.
Protocolo de Privilegios e Inmunidades: requisito para la asociación
De manera paralela, el Ejecutivo presentó el Protocolo sobre Privilegios e Inmunidades del CERN, necesario para la plena implementación del acuerdo. Este instrumento garantiza las condiciones jurídicas para que la organización opere en territorio chileno, otorgando inmunidades diplomáticas y exenciones fiscales y aduaneras bajo los estándares internacionales de cooperación científica.
La aprobación de este protocolo permitirá que el CERN actúe con independencia y eficacia en sus relaciones con instituciones locales, facilitando la instalación de proyectos conjuntos de investigación y transferencia tecnológica.
Impacto territorial y nuevas oportunidades
La incorporación de Chile al CERN abre la posibilidad de vincular universidades regionales, centros de innovación y empresas tecnológicas en proyectos internacionales de alto nivel. Según el Ministerio de Ciencia, este proceso puede impulsar la descentralización del conocimiento y promover el desarrollo de capacidades en regiones con potencial científico y productivo, como Antofagasta, Biobío y Valparaíso.
El ingreso al CERN, además, posiciona a Chile como el segundo país sudamericano con esta categoría, junto a Brasil, reforzando el liderazgo regional en materia de ciencia y tecnología.
“Se trata de una decisión estratégica de largo plazo, que combina diplomacia científica, desarrollo tecnológico y cooperación internacional”, concluyó Valle, resaltando el carácter colaborativo de la iniciativa y su proyección hacia las próximas décadas.


