El Senado aprobó en general el proyecto de ley que fortalece la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), marcando un nuevo avance en la tramitación de la iniciativa presentada por el Ejecutivo a través del Ministerio del Medio Ambiente. La propuesta busca modernizar el rol de la institución, reforzando la fiscalización e incentivando el cumplimiento ambiental en el país.
El proyecto, actualmente en segundo trámite constitucional, apunta a reformar la Ley Orgánica de la SMA con el propósito de entregar un marco institucional más sólido y eficiente. Entre sus objetivos centrales se encuentra mejorar la capacidad del organismo para responder con mayor rapidez a las denuncias ciudadanas, establecer plazos más acotados para la admisibilidad de los casos y generar reglas claras en los procesos de investigación y sanción.
Fortalecimiento de la institucionalidad ambiental
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, explicó que la reforma representa un paso decisivo en la consolidación de la institucionalidad ambiental chilena. “Con las modificaciones hacemos más eficiente la SMA, fortaleciendo su función fiscalizadora, pero también promovemos el cumplimiento ambiental, lo que nos permite proteger nuestro patrimonio natural y resguardar la calidad de vida de las personas”, señaló la autoridad.
En esa misma línea, la superintendenta Marie Claude Plumer destacó que la iniciativa responde a necesidades detectadas en el funcionamiento actual de la entidad. “El proyecto que moderniza la Superintendencia es fundamental, ya que nos permitirá mejorar las herramientas de fiscalización y respuesta sancionatoria, además de entregar mayor eficiencia y eficacia en las investigaciones”, subrayó.
Con estas modificaciones, la SMA podrá enfrentar de mejor manera los desafíos asociados a la creciente complejidad de los proyectos sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, así como a los conflictos socioambientales que requieren respuestas oportunas y con legitimidad institucional.
Ejes centrales de la reforma
Entre los cambios propuestos por la iniciativa destacan:
- Gestión más ágil de denuncias, con plazos definidos para la admisibilidad y entrega de resultados.
- Fortalecimiento de la capacidad fiscalizadora de la Superintendencia, entregándole mejores herramientas para supervisar el cumplimiento de las normas ambientales.
- Mayor eficiencia en la toma de decisiones, a través de procedimientos más claros y simplificados.
- Impulso al cumplimiento ambiental, incentivando que las empresas adopten medidas preventivas y correctivas antes de llegar a instancias sancionatorias.
De esta manera, el proyecto busca equilibrar la función fiscalizadora con mecanismos que fomenten la prevención y el autocumplimiento, clave para reducir la judicialización de los procesos y agilizar la resolución de conflictos.
La aprobación en general por parte del Senado constituye un paso relevante en la tramitación del proyecto, que ahora deberá avanzar en la discusión particular de cada artículo. Se espera que en esa etapa se incorporen ajustes específicos planteados por parlamentarios y actores del sector ambiental.
Con este avance legislativo, Chile se encamina hacia un modelo de fiscalización ambiental más moderno y eficiente, capaz de responder a las demandas ciudadanas y a los compromisos de sostenibilidad que el país ha asumido en el contexto de la transición energética y la protección de ecosistemas estratégicos.