[Opinión] Primaveras complejas, ¿producción incierta?

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Por: Gabriel Gajardo. Director comercial AG Business


Estamos viviendo un momento clave de la temporada, que es cuando se definen nuestras cuajas y se determina nuestro potencial productivo.

No obstante, para llegar a esto, ya hemos pasado por varias etapas, desde definir la carga frutal inicial, a través de la poda y determinar la cantidad y tiempo de colmenas utilizadas hasta la necesidad e intensidad de raleos. Mientras tanto, otros factores ajenos a nuestro control, como las lluvias y temperaturas, ejercen un efecto directo y que puede ser decisivo en la producción, sin tener ninguna consideración con nuestros presupuestos.

Si bien la carrera productiva comenzó hace bastante, aún falta mucho por recorrer. La cuaja es determinante, pero existen múltiples condicionantes que intervienen y juegan un rol importante para que nuestra fruta llegue a puerto, como la sanidad, el calibre, el color, la condición y el potencial de vida en poscosecha.

En primaveras climáticamente complejas, como la que estamos teniendo, no podemos desatender detalles que en situaciones normales no causan grandes o evidentes mermas en nuestro negocio. ¿Qué consideraciones adicionales debiéramos tener ante primaveras como estas? A mi parecer, al menos dos:

 

  • Ajustar correctamente el inicio y posterior régimen de riegos. Si consideramos que partimos la temporada con un “estanque lleno”, gracias a las abundantes lluvias, tampoco podemos desatender el acelerado avance y desarrollo vegetativo (Kc) que puede distorsionar nuestro análisis histórico de consumos iniciales por la planta, especialmente en las estratas superficiales y suelos más livianos.
  • Manejar el follaje (desbrotas, deshojes, raleos/podas de verano, etc.) para disminuir la incidencia de problemas fitosanitarios por falta de ventilación. El manejo adecuado, a través de labores culturales (más que solo el reforzamiento del plan de aplicaciones), busca mantener el equilibrio en la planta, evitar problemas de falta de color por deficiente o baja intensidad de iluminación, y favorecer la inducción frutal para la próxima temporada.

Actualmente, es posible observar una mayor presión de enfermedades y plagas en los huertos. La inestabilidad climática y altas oscilaciones de temperatura nos mantendrán activamente atentos para anticipar los efectos y consecuencias sobre nuestra fruta y huerto.

Bajo estas condiciones, las herramientas tecnológicas-informáticas, que permiten mantener un monitoreo continuo y en tiempo real de nuestros huertos, serán especialmente útiles para la toma de decisiones en base a información cuantitativa, mediante indicadores más que apreciaciones e interpretaciones.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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