Investigadores chilenos del Solar Energy Research Center (SERC Chile) desarrollaron un sistema nanométrico capaz de eliminar más del 70% de los contaminantes invisibles presentes en el agua, utilizando energía solar como motor de reacción.
El avance representa un hito en la aplicación de nanotecnología para enfrentar uno de los principales desafíos ambientales y sanitarios del siglo XXI: la contaminación de las aguas.
La presencia de contaminantes emergentes —como antibióticos, plaguicidas, medicamentos, aditivos industriales o productos de cuidado personal— se ha incrementado en ríos, lagos y sistemas de abastecimiento. Estos compuestos no son eliminados por los métodos convencionales y contribuyen al aumento de la resistencia antimicrobiana y a la degradación de los ecosistemas acuáticos.
“Sabemos que es posible pensar en soluciones de alto impacto frente a uno de los problemas ambientales más silenciosos y difíciles de abordar, como lo son los contaminantes emergentes”, explicó el académico Ángel Leiva, líder del proyecto e investigador de SERC Chile.
Tecnología solar y nanotecnología al servicio del agua
El nuevo material combina nanopartículas de dióxido de titanio (TiO₂) —capaces de reaccionar con la luz solar— con nanofibras poliméricas que funcionan como soporte estructural. En conjunto, generan un sistema fotocatalítico que degrada moléculas complejas en compuestos simples e inocuos, sin requerir energía adicional.

El proceso se basa en la técnica de electrohilado, que permite producir fibras extremadamente delgadas con alta superficie activa. “Básicamente consiste en generar un jet de disolución de ambos componentes, aplicando un alto voltaje que provoca la evaporación del solvente y la formación de nanofibras”, detalla Leiva.
La clave está en el tamaño nanométrico, que amplía la superficie de contacto entre el contaminante y el material, favoreciendo la adsorción y acelerando la degradación al exponerse a la luz solar.
“Cuando el material se pone en contacto con una solución de un contaminante orgánico y se irradia con luz, se produce una reacción de oxidación que transforma las moléculas dañinas en componentes inocuos”, añadió el investigador.
Aplicaciones potenciales en tratamiento de aguas e industria
El sistema fotocatalítico puede aplicarse en la eliminación de tintes, compuestos farmacéuticos, plaguicidas y productos de uso industrial, todos ellos difíciles de tratar mediante tecnologías tradicionales.
“En principio, el sistema es aplicable a una gran variedad de moléculas orgánicas susceptibles de ser degradadas por oxidación”, puntualizó Leiva.
El investigador subraya que la tecnología puede escalarse a nivel industrial, abriendo oportunidades para su uso en plantas de tratamiento, faenas productivas y sectores mineros o agrícolas, donde la gestión del recurso hídrico es crítica.
“El proceso de obtención de materiales electrohilados es de fácil escalamiento, por lo cual su potencial de aplicación en plantas de tratamiento o industrias es factible tecnológicamente”, aseguró el académico.
El desarrollo forma parte del trabajo de SERC Chile, centro de investigación enfocado en la energía solar y sus aplicaciones sostenibles, que integra a instituciones como la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Técnica Federico Santa María y la Universidad de Antofagasta.
Este avance no solo aporta una solución tecnológica a la contaminación del agua, sino que fortalece la capacidad científica nacional en el uso de energías renovables y nanotecnología aplicada a la sostenibilidad ambiental.


