La estrategia considera cinco ejes, trece objetivos y treinta acciones que permitirán fortalecer a los pequeños agricultores frente a sequías, heladas, incendios y otros fenómenos climáticos extremos
El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) presentó en la comuna de Traiguén, región de La Araucanía, su Política para la Gestión del Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, una iniciativa que busca preparar a la Agricultura Familiar Campesina e Indígena para enfrentar emergencias y fenómenos climáticos extremos, fortaleciendo la resiliencia productiva y la seguridad alimentaria en el país.
Un modelo desde La Araucanía
El lanzamiento se realizó en el predio de Juan Huentelao Ancamilla, agricultor de 61 años que transformó un terreno de 15 hectáreas –antes dedicado al monocultivo forestal– en un espacio de manejo sostenible y biodiversidad. El predio, ubicado en el sector rural Santa Fanny, cuenta hoy con praderas de avena, trébol rosado, huerta de autoconsumo circular inspirada en un cultrún mapuche, bosque nativo restaurado y caudales hídricos recuperados.
Desde 2023, este lugar fue reconocido como Faro Agroecológico, sirviendo como centro de aprendizaje para productores, técnicos agrícolas, estudiantes y organizaciones que buscan prácticas de adaptación al cambio climático. Además, mantiene un vínculo con el sistema de salud comunal, gracias a su modelo de producción libre de agroquímicos.
Ejes de la política de INDAP
El director nacional de INDAP, Santiago Rojas, explicó que la nueva política se diseñó con la participación de representantes de todas las regiones del país mediante encuestas, talleres y reuniones, logrando identificar 13 objetivos estratégicos y 30 acciones.
La política se organiza en cinco ejes principales:
- Comprender e internalizar el riesgo de desastres, incorporando el cambio climático como factor estructural.
- Fortalecer la institucionalidad de INDAP frente a los nuevos escenarios climáticos.
- Planificar e invertir en sistemas productivos resilientes, con énfasis en prácticas agrícolas sostenibles y adaptativas.
- Responder de forma coordinada y eficaz frente a emergencias.
- Apoyar la recuperación de comunidades, medios de vida y recursos naturales tras los desastres.
Rojas señaló que en el pasado el enfoque estaba puesto en reaccionar después de la emergencia, pero ahora la prioridad es prevenir y prepararse para reducir daños y costos.
“La Agricultura Familiar Campesina e Indígena produce gran parte de los alimentos que consumimos y es clave para la seguridad alimentaria. Si este sector es más fuerte y puede resistir y recuperarse del impacto de un desastre, como una sequía prolongada o incendios, todo el país se beneficia”, afirmó el director nacional de INDAP.
La actividad fue encabezada además por el director regional de INDAP en La Araucanía, Pablo González; la directora de INIA Carillanca, Claudia Osorio; y el administrador municipal de Traiguén, Jorge Espinoza.


