Un nuevo informe de Ipsos, “¿Está mejorando la vida? 1975 versus 2025”, muestra que el 39% de los chilenos preferiría haber nacido hace medio siglo, superando al 33% que optaría por nacer hoy. El estudio, aplicado en 30 países y que consultó a más de 23 mil personas, posiciona a Chile como uno de los países con menor preferencia por el pasado en comparación con el promedio mundial, donde el 44% elegiría nacer en 1975.
Aunque el análisis identifica avances significativos en salud, educación y estándares de vida, la encuesta revela una marcada tensión entre progreso material y percepción social. Esta distancia se expresa especialmente en ámbitos como seguridad, felicidad y medioambiente, donde los encuestados consideran que las condiciones eran mejores hace 50 años.

El CEO de Ipsos Chile, Nicolás Fritis, explicó las razones que podrían estar influyendo en esta evaluación.
“En un 2025 marcado por la discusión sobre la seguridad y una intensa campaña presidencial, la nostalgia por los viejos tiempos se impone, pero por poco. El dato que inclina la balanza es la sensación de seguridad: 64% cree que era mejor caminar por las calles en 1975 y apenas 12% que hoy. Con desempleo y crecimiento en el debate, idealizar tiempos más simples es algo esperable”.
La encuesta muestra además que Chile se ubica entre los países donde menos personas creen que la gente era más feliz antes. Aun así, un 39% indica que la felicidad era mayor en 1975, cifra similar a Argentina, pero por debajo de Brasil (55%), Colombia (53%) o México (52%). La tendencia latinoamericana confirma que los indicadores de bienestar subjetivo están fuertemente asociados a percepciones de seguridad y estabilidad.
Avances reales y percepciones erróneas: brechas entre datos y memoria colectiva
El estudio también analiza cuánto conocen las personas sobre las condiciones reales de vida hace cinco décadas. En Chile, los encuestados sobreestimaron la esperanza de vida en 1975 y subestimaron la actual, lo que refleja una distancia entre datos objetivos y memoria social. Lo mismo ocurre con la alfabetización, donde tanto cifras de 1975 como de 2025 fueron evaluadas por debajo de los datos reales.
Según Fritis, estas percepciones responden a un fenómeno global: “El país reconoce avances materiales —58% dice que la atención médica es mejor hoy; 46% ve mejoras en educación y en estándar de vida—. Pero el humor social va por otro carril: 39% afirma que la gente era más feliz en 1975 y 66% que el medioambiente era mejor”
El ejecutivo detalla que “Probablemente el tono de la campaña electoral ha amplificado ese sesgo melancólico. Aun así, la Generación Z es la menos nostálgica, lo que muestra que el desafío es convertir avances tangibles en sensación de progreso cotidiano”.
A nivel mundial, solo Corea del Sur muestra una preferencia mayoritaria por nacer en 2025, mientras que nueve países —liderados por Francia, Bélgica y México— manifiestan una clara inclinación por el pasado. La investigación subraya que el 72% de los encuestados a nivel global nació después de 1975, por lo que sus percepciones están basadas más en imaginarios colectivos que en experiencias directas.
El informe concluye que el desafío para las políticas públicas y los liderazgos es reducir la distancia entre progreso medible y percepción ciudadana, especialmente en un contexto donde seguridad, bienestar y medioambiente adquieren creciente relevancia en la agenda social.


