Calama presentó un nuevo hito urbano que refuerza su identidad minera, luego de que la Municipalidad y Codelco División Chuquicamata entregaran oficialmente una pala y un camión de extracción provenientes de la histórica Mina Rajo. La instalación se enmarca en los 146 años de la comuna y los 110 años de Chuquicamata, integrando equipamiento patrimonial al acceso sur de la ciudad.
Un símbolo de identidad minera para el acceso sur de Calama
El proyecto, impulsado por el alcalde Eliecer Chamorro y el gerente general de Chuquicamata, René Galleguillos, busca poner en valor la memoria minera local mediante maquinaria restaurada exteriormente. La elección de los equipos no fue aleatoria: la pala 146 alude a los años de Calama, mientras que el camión 110 simboliza la trayectoria de Chuquicamata.

El alcalde explicó el impacto comunitario del proyecto y la relevancia de acercar la minería a la ciudadanía:
“Nuestra ciudadanía se siente orgullosa de la minería. Muchas veces ve por televisión estos equipos de más de mil toneladas y hoy los tiene cerca. Esto fortalece el compromiso de la comunidad con su identidad minera”, señaló.
En la ceremonia también se realizó el descubrimiento de una placa de cobre instalada sobre mineral oxidado, gesto que refuerza el carácter patrimonial de la obra y reconoce la participación de casi un centenar de trabajadores de Codelco, empresas colaboradoras y funcionarios municipales.
Chuquicamata y Calama: un vínculo proyectado hacia los próximos 50 años
Desde Codelco, se enfatizó que la iniciativa visibiliza la relación histórica entre la ciudad y la operación minera, consolidada a lo largo de más de un siglo de desarrollo territorial.
El gerente general de Chuquicamata, René Galleguillos, destacó que “llevamos 110 años acompañando a la ciudad. Reconocemos nuestra historia con este camión y esta pala que aportaron al país, y colocamos así cimientos para el futuro. A Chuquicamata le quedan al menos 50 años más”.
El acto también estuvo marcado por testimonios de trabajadores que participaron en las operaciones originales de los equipos. Entre ellos, Pablo Vera, gerente de Mina Rajo, quien subrayó el valor emocional del proceso.
“Estos equipos marcaron un hito por su capacidad productiva y por todo lo que logramos para Chile y Calama. Es conmovedor ser parte de su entrega a la comunidad”, afirmó.

A su vez, el operador eléctrico Washington Barraza —con 32 años de trayectoria— recordó su participación en el armado original de la pala: “Armé esta pala cuando llegó desde Estados Unidos en cajones. Haber participado ahora en su nuevo montaje es un orgullo. Fue un desafío mover el balde sin los 7.200 voltios de faena, pero lo logramos como equipo”, relató.
El cierre del proyecto incluyó aportes adicionales de División Ministro Hales, que colaboró en la base del monumento de Las Manos que Sostienen Chile, también parte del nuevo acceso sur. De este modo, Calama consolida un espacio urbano que integra historia, patrimonio y actividad minera, proyectándolo como una puerta de entrada que conecta pasado, presente y futuro del territorio.


