Chile formalizó su incorporación a una coalición internacional que exige que la negociación final de la COP30 incluya una hoja de ruta clara y verificable para abandonar progresivamente los combustibles fósiles, un punto que no aparece con fuerza en los borradores recientes. Con esta decisión, el país se alinea con 24 naciones que buscan avanzar desde las declaraciones hacia medidas operativas respaldadas por evidencia científica.
La iniciativa, impulsada por Colombia, agrupa a países europeos, latinoamericanos y de Oceanía, y plantea que el Balance Global de la COP28 ya entregó la base técnica para acelerar la transición energética. El eje central, según los países firmantes, es que la eliminación de los combustibles fósiles es condición indispensable para cumplir los compromisos climáticos.
Chile exige avanzar desde las declaraciones hacia la implementación
En este contexto, la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, enfatizó que la urgencia climática demanda decisiones inmediatas. “Estamos muy comprometidos con el proceso multilateral, pero es verdad que una coalición de los dispuestos es más necesaria que nunca, porque el proceso nos está fallando. Debemos avanzar hacia decisiones que respondan a la ciencia”, afirmó.
La autoridad reforzó que la discusión debe dejar atrás los compromisos generales. “Esto se trata de implementación ahora. Debemos pasar de las palabras a los planes, y asegurar que la transición energética responda a la ciencia y proteja a las comunidades trabajadoras y territorios”, sostuvo, subrayando que Chile busca resultados verificables en esta cumbre.
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Como complemento, se anunció que Colombia y Países Bajos organizarán en 2026 la primera conferencia internacional dedicada a impulsar la salida global de los combustibles fósiles. Chile confirmó participación activa, entendiendo que este espacio será clave para fortalecer la transición justa dentro y fuera del sistema de Naciones Unidas.
La coalición recordó que los combustibles fósiles concentran el 86% de las emisiones globales, mientras que los países más vulnerables ya enfrentan pérdidas económicas y territoriales irreversibles. La descarbonización, aseguraron, debe venir acompañada de financiamiento, protección social y cooperación entre países.
Desde la sociedad civil también surgieron llamados a reforzar la ambición climática. “En estas horas finales de la COP, despertamos con textos con avances en transición justa, pero con sacrificios importantes en el lenguaje sobre abandono de combustibles fósiles. La inclusión de minerales críticos también requiere precisión para evitar retrocesos”, señaló Felipe Pino, de ONG FIMA.
A su vez, organizaciones juveniles pidieron mayor claridad en los compromisos. “Las negociaciones avanzan, pero no al ritmo que el planeta necesita. La salida de los combustibles fósiles debe quedar en el texto, con mecanismos de transición justa, financiamiento y metas cuantitativas. De lo contrario seguiremos haciendo diagnósticos mientras las consecuencias se multiplican”, afirmó Ismaela Magliotto, cofundadora de Uno Punto Cinco.


