En un escenario financiero donde las superapps, las fintech y la inteligencia artificial están transformando la forma de pagar, transferir y ahorrar, la tarjeta —física o virtual— sigue siendo el medio más confiable y extendido para millones de usuarios en América Latina.
Así lo plantea Albeiro Cortés, CEO de CLAI Payments, empresa con más de tres décadas de trayectoria en soluciones tecnológicas para medios de pago, quien analiza el presente y futuro del sistema financiero regional.
En conversación con Poderyliderazgo.cl, aborda los desafíos de la banca, la evolución tecnológica y el rol de las tarjetas como eje de la inclusión financiera.
¿Qué lugar ocupan las tarjetas hoy en la era de las superapps y los pagos digitales?
Las tarjetas siguen siendo la puerta de entrada al ecosistema financiero moderno. Su vigencia no se explica solo por costumbre, sino por la confianza, seguridad y aceptación global que ofrecen. Las superapps han ampliado la experiencia del usuario, pero la infraestructura que permite operar esos pagos sigue dependiendo de una arquitectura transaccional robusta basada en tarjetas.
Hoy, el 74 % del consumo familiar en Chile se realiza mediante tarjetas, y esa cifra refleja una realidad: las personas siguen confiando en un medio tangible que respalda sus operaciones digitales. Las billeteras móviles, las transferencias instantáneas y las criptomonedas conviven con las tarjetas, pero todavía no las reemplazan.
¿Qué explica esa permanencia en un contexto donde las tecnologías cambian tan rápido?
Hay tres factores clave. Primero, la confianza: la tarjeta es percibida como un instrumento seguro, con respaldo bancario y cobertura internacional. Segundo, la interoperabilidad: funciona en prácticamente todos los comercios y plataformas. Y tercero, la adaptabilidad tecnológica: las tarjetas evolucionaron de lo físico a lo digital, integrando chips, contactless, tokenización y biometría.
En otras palabras, no desaparecen porque se transforman. Hoy una tarjeta puede ser física, virtual o estar embebida en una billetera digital, pero detrás hay un mismo principio: garantizar que la transacción se procese con trazabilidad, seguridad y eficiencia.
Desde CLAI Payments, ¿cómo visualizan esa transición tecnológica?
La vivimos desde dentro. CLAI es una compañía con más de 30 años en América Latina, acompañando a bancos y procesadores de pago en su modernización tecnológica. Nuestra plataforma EVERYCARD® permite a las instituciones emitir, activar y administrar tarjetas en minutos, totalmente integradas a billeteras digitales y apps bancarias.
Además, con nuestra solución AZ7®, ayudamos a los bancos a gestionar la autenticación, enrutamiento y conciliación de transacciones en tiempo real, garantizando continuidad operativa 24/7. En definitiva, ayudamos a las instituciones a mantener su infraestructura viva y preparada para los desafíos de la digitalización.
¿Qué desafíos enfrentan los bancos en este proceso de modernización?
El mayor reto no es tecnológico, sino estratégico. Modernizar la banca no significa rediseñar una app, sino transformar el corazón del sistema que procesa millones de transacciones al día.
Por eso, insistimos en que la infraestructura debe evolucionar de forma planificada. No basta con ofrecer nuevas interfaces; se requiere una arquitectura escalable, segura y resiliente. En muchos casos, la migración a la nube, la gestión de datos y la ciberseguridad son tareas que demandan tiempo, inversión y capital humano especializado.
¿Y qué rol cumple la innovación en ese proceso?
Es fundamental. Pero entendemos la innovación no como una moda, sino como una disciplina aplicada a resolver necesidades reales del usuario. La tecnología debe estar al servicio de la experiencia, no al revés.
Por ejemplo, cuando un banco logra que su cliente emita una tarjeta digital y la use en segundos dentro de su app, está ofreciendo una experiencia innovadora. Pero si detrás hay latencia, errores o indisponibilidad del sistema, la innovación se vuelve un problema. De ahí la importancia de infraestructuras confiables y plataformas de pago robustas como las que desarrollamos en CLAI.
¿Cómo contribuyen las tarjetas a la inclusión financiera en Chile y la región?
Enormemente. La inclusión financiera empieza con un medio de pago confiable, aceptado y fácil de usar. En ese sentido, la tarjeta —especialmente la de débito— es el primer paso hacia la bancarización. Permite que más personas accedan a productos financieros, realicen compras digitales, paguen servicios o participen de la economía formal.
En Chile, por ejemplo, las tarjetas de débito representan más del 80 % de las operaciones cotidianas, y eso tiene un impacto directo en la equidad económica. Desde CLAI impulsamos soluciones que reducen las barreras de acceso, ofreciendo herramientas escalables para bancos medianos y cooperativas que buscan ampliar su base de clientes.
¿Las nuevas generaciones cambiarán definitivamente el modelo de pagos actual?
Sin duda están transformando los hábitos, pero lo hacen sobre una base de confianza ya establecida. Los jóvenes quieren inmediatez y experiencia digital, pero siguen valorando la seguridad. Por eso, vemos un futuro híbrido: pagos digitales impulsados por la nube, pero soportados por infraestructuras tradicionales que garantizan respaldo y trazabilidad.
En resumen, la tarjeta seguirá siendo el corazón del ecosistema financiero, pero su presentación será cada vez más invisible: tokenizada, virtual, integrada a superapps o wearables, sin perder su esencia.
¿Qué proyecciones tienen para los próximos años en la región?
El sistema financiero latinoamericano está en un punto de inflexión. La demanda de modernización es enorme, y los bancos buscan alianzas tecnológicas que les permitan escalar sin comprometer su operación.
Desde CLAI, nuestra meta es seguir acompañando esa transformación con soluciones modulares y sostenibles. Queremos que la región avance hacia una banca más ágil, abierta e inclusiva, donde la innovación se traduzca en más eficiencia para las instituciones y mejor experiencia para los usuarios.


