El Observatorio Laboral de la Universidad de O’Higgins (UOH) presentó los resultados de un estudio que examina la inserción laboral de las mujeres en la agroindustria de San Vicente de Tagua Tagua, un sector que se ha consolidado como un espacio de empleo formal y estable, en contraste con el trabajo agrícola estacional.
Según los datos, este rubro ofrece mejores ingresos y baja exigencia de formación o experiencia previa; sin embargo, la participación femenina permanece concentrada en cargos operativos, bajo turnos rotativos y condiciones demandantes.
Inserción femenina y barreras estructurales en la agroindustria
Uno de los principales hallazgos del estudio se relaciona con la doble dimensión que enfrentan las trabajadoras. La analista cualitativa del Observatorio Laboral, María Cristina Hernández, detalló que “por un lado, están las responsabilidades de cuidado (familiares) que son un motor que empuja a las mujeres a buscar la estabilidad laboral en el sector, pero, paradójicamente, estas mismas responsabilidades se convierten en la principal limitación, aplanando sus itinerarios laborales y dificultando la movilidad o el ascenso”.
El análisis también identifica factores que facilitan trayectorias más sostenibles, entre ellos la capacitación, el apoyo en el cuidado, la flexibilidad horaria y la disponibilidad de opciones de transporte y desplazamiento. Estos elementos, aunque presentes en algunas empresas, siguen siendo insuficientes para generar movilidad efectiva.
Claves para fortalecer políticas públicas laborales con enfoque de género
El estudio entrega insumos concretos para el diseño de políticas públicas orientadas a mejorar la calidad del empleo femenino. Entre sus aportes destaca el reconocimiento de la agroindustria como un sector relevante para avanzar en formalización y empleo decente, lo que permitiría consolidar estrategias territoriales de fortalecimiento productivo.
Asimismo, la evidencia sobre trayectorias laborales discontinuas de las mujeres refuerza la necesidad de implementar programas de capacitación y reconversión que consideren pertinencia territorial y mecanismos de flexibilidad. A ello se suma la importancia de promover medidas de corresponsabilidad del cuidado, como mayor acceso a salas cunas, extensión de jornadas escolares y modelos de trabajo que faciliten la conciliación.
En materia de salud ocupacional, el informe subraya la urgencia de desarrollar programas preventivos específicos, debido a los turnos rotativos, la exposición a bajas temperaturas y los movimientos repetitivos presentes en las líneas de producción. Estos riesgos, pese a acciones de autocuidado implementadas por las empresas, afectan de manera particular a las mujeres.
Finalmente, el estudio releva el valor de las redes familiares, comunitarias y sindicales, fundamentales para sostener la participación laboral femenina. Este hallazgo impulsa un llamado a fortalecer la articulación interinstitucional entre empresas, municipios, OMIL, sindicatos e instituciones educativas, con el fin de mejorar el ajuste entre oferta y demanda laboral y apoyar trayectorias sostenibles.


