En la Cumbre de Líderes CTCI, desarrollada en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), se presentaron los dos perfiles de proyectos que serán acompañados por profesionales del Nodo CIV-VAL en su proceso de formulación para postular a fondos públicos y privados durante 2026.
Se trata de las propuestas “Alianza de Sabores de la Quinta”, orientada a fortalecer el sector alimentario del campo y mar, y “Biodata Valparaíso”, una plataforma colaborativa para promover la sostenibilidad territorial. Ambas iniciativas reflejan el enfoque del Nodo por acelerar el impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación (CTCI) en las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
Ciencia aplicada para el desarrollo regional
El Nodo CIV-VAL, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), busca conectar la investigación con las necesidades reales de los territorios. Durante esta etapa, el trabajo se concentró en cinco áreas prioritarias: alimentos, biodiversidad, recursos hídricos, desafíos regionales y ciencia y género.

Según Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la PUCV, “como Nodo esperamos ser un conector entre los distintos sectores, las necesidades territoriales y la generación de conocimiento. Nuestro objetivo es contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas a través de soluciones basadas en ciencia e innovación”.
Por su parte, el vicerrector de Investigación, Creación e Innovación de la PUCV, Luis Mercado, destacó que “el Nodo CIV-VAL es una apuesta institucional para liderar el desarrollo científico y tecnológico regional, integrando al sector público, privado y académico”. Subrayó además que los avances en CTCI “son vitales para el desarrollo económico y social del país”.
Formación de capital humano y articulación territorial
Durante la ceremonia, se entregaron certificaciones a los participantes del Programa Tesis para Impactar el Territorio y del Curso Gestor CTCI, instancias orientadas a fortalecer capacidades locales y vincular la investigación con los desafíos regionales.
El profesional Matías Miranda, gestor del proyecto INES I+D de la PUCV, explicó que el curso “permitió fortalecer habilidades en transferencia tecnológica, propiedad intelectual y vinculación con los territorios”, destacando su carácter multisectorial e interdisciplinario.
Asimismo, el geógrafo Alejandro Morales, participante del programa Tesis para Impactar el Territorio, presentó su investigación sobre cambio de uso de suelo en zonas con alta concentración de relaves mineros, en la cuenca del río Elqui. “Esta experiencia me motivó a publicar mi primer artículo científico y a conectar mi trabajo académico con el impacto territorial real”, señaló.
Con la presentación de nuevos proyectos, la formación de gestores territoriales y la vinculación entre actores públicos y privados, el Nodo CIV-VAL consolida su rol como articulador regional. Su desafío para 2026 será ampliar las áreas de conocimiento y generar resultados medibles que tributen al desarrollo sostenible de la macrozona centro.


