La violencia se instala en La Araucanía con el “Comando Jungla”

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Por: Diego Amcalao G. Profesor. Dirigente Político Mapuche


La visita del Presidente Sebastián Piñera y seis sus ministros de Estado a La Araucanía, ocasión en que presentó el “Plan Impulso Araucanía” y al nuevo contingente policial que reforzaría la seguridad en la región, no es más que un respaldo a los grandes empresarios que exigen una mayor protección a sus fundos para la explotación forestal.

Con esta visita, lisa y llanamente, nuestro Presidente fue a sembrar la violencia y a acusar de terrorismo a personas inocentes, y a ejercer violencia simbólica y psicológica con la presentación de los tanques y las nuevas policías, o el llamado “Comando Jungla”.

En este sentido, la pobreza de La Araucanía efectivamente es un hecho absolutamente violento. ¿Como es posible que las comunas más pobres de la región sean las con mayor explotación forestal?, ¿cómo es posible que Angelini y Mate, quienes financian las campañas de los políticos, ganen 6 mil millones de dólares el año (2016) mientras que 200 mil personas no tengan para comer ni dónde dormir? Esa es la verdadera violencia rural, a la que el Presidente Piñera debería combatir, en vez de acusar a personas y comuneros inocentes.

Con esto podemos apreciar, primero, que aprendió mucho de Colombia con la operación Falso Positivo, donde agentes de la policía mataban a civiles inocentes para culpar de terrorismo a la FARC, y segundo, que procesan a personas inocentes acusándolas de terroristas que finalmente terminan absueltas y terminan querellándose contra el Estado por cientos de millones, por acusaciones y condenas falsas. Tras esto, se puede concluir que de esta escuela nace la Operación Huracán, ya que siguen el mismo patrón. Sería mucho más coherente que envíe al alto mando de Carabineros y del Ejército a hacer un diplomado en ética, para que no sigan robándole de manera brutal a todos los chilenos.

Respecto al Plan Araucanía y a cómo superar la pobreza en la zona, es una crónica de un fracaso anunciado, ya que desde 1941 se viene haciendo mesas de diálogo y no se resuelve nada, pues todas fracasan, y lo hacen porque son diálogos entre autoridades de gobierno que representan al pueblo Mapuche. Por otro lado, porque las soluciones reales a los problemas se toman en La Moneda y en el Congreso, no en la araucana, donde debería ser pero que se limita a lo centralizado de Chile.

Para avanzar y superar la pobreza en la región, se debe hacer lo mismo se hizo en Magallanes y Aysén, donde aumentaron la cantidad de recursos del Estado per cápita, en La Araucanía se inyectan 600 mil pesos por persona, mientras que en Aysén y Magallanes son sobre un millón de pesos, por lo que el estado debe hacer esto mismo para avanzar en el desarrollo regional. Mientras que las vías de solución al tema indígena, éstas no tienen que ver con inversión, sino que con derechos colectivos sobre un territorio que se viene reclamando hace cientos de años, tiene que ver con un reconocimiento a los derechos económicos y tiene que ver con reconocimiento a los derechos políticos, no netamente a una situación de pobreza, entonces, echamos de menos que este gobierno diga que reconocerá los derechos de los pueblos originarios y que reconstituirá un territorio que fue quitado a los mapuches.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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