La reciente designación de Katherine Quiroz González como copresidenta de la Federación de Partidos Verdes de las Américas (FPVA) ocurre en un contexto regional marcado por tensiones políticas, crisis hídricas y reconfiguraciones estratégicas en torno a la sostenibilidad. La dirigenta chilena identifica que la agenda ecológica ha dejado de ser marginal para convertirse en un eje central de gobernabilidad en América Latina.
En conversación con Poderyliderazgo.cl, Quiroz enfatiza que las fuerzas verdes deben desempeñar un rol articulador para enfrentar fenómenos como la desinformación climática, la desafección institucional y los retrocesos regulatorios en materia ambiental. Su diagnóstico apunta a que el continente requiere una transición socioecológica capaz de integrar desarrollo, derechos humanos y resiliencia territorial.

Asimismo, sostiene que su nuevo rol en la FPVA permitirá fortalecer la proyección política del regionalismo verde chileno, consolidando alianzas internacionales y promoviendo estrategias comunes de defensa del agua y los ecosistemas en toda la región. La meta, afirma, es avanzar hacia una plataforma verde continental con capacidad real de incidencia.
Su elección como copresidenta de la Federación de Partidos Verdes de las Américas ocurre en un momento de alta fragmentación política en la región. ¿Qué lectura hace de este escenario y qué rol estratégico puede jugar el ecologismo para reconstruir confianzas democráticas?
Actualmente el ecologismo ya no es una ideología de nicho, sino una política de sentido común. Nuestra agenda, sobre todo la escasez hídrica y la soberanía alimentaria, influyen en la vida diaria de las personas, no tienen color político, son urgencias de todos. Es por eso que el ecologismo tiene la tarea de ayudar a la cohesión social, debemos ayudar a unir a las comunidades en torno al cuidado mutuo y el cuidado del territorio.
Los partidos verdes han avanzado en Europa, pero en América Latina siguen enfrentando barreras estructurales. ¿Cuáles son, a su juicio, los obstáculos más profundos —institucionales, culturales y mediáticos— que aún limitan la expansión de una agenda verde en el continente?
Existen varias barreras que hemos podido identificar en la región. América latina tiene una dependencia histórica del extractivismo y gran parte de la población cree que el cuidado ambiental se opone al desarrollo, tenemos la tarea de romper ese mito de que cuidar la naturaleza daña la economía.
Los sistemas políticos diseñados para el bipartidismo, que en muchos países de la región dificultan la entrada de fuerzas emergentes, como lo somos los partidos verdes. En cuanto a los desafíos mediáticos, tenemos que romper la invisibilización y enfrentar el negacionismo de la crisis climática, necesitamos tratarla como la urgencia real que es.
Chile atraviesa un ciclo de desafección política y reordenamientos electorales. ¿Cómo cree que la presencia de un liderazgo chileno en la FPVA puede influir en fortalecer la posición de la FREVS dentro del escenario nacional?
Este rol dentro de la FPVA demuestra que la FREVS no es un partido aislado, sino parte de una ola verde global, nos permite conocer y aprender de experiencias de éxito de otros países y posiciona al regionalismo verde chileno como un actor geopolítico, capaz de influir en la agenda continental.
¿Qué líneas de acción piensa impulsar desde la FPVA para articular un modelo de desarrollo sostenible que sea viable en países con fuertes dependencias extractivas?
La clave es la Transición Socioecológica Justa, implementar políticas públicas que permitan dejar atrás, paulatinamente, la dependencia fósil y extractiva. Resulta esencial promover la economía circular, los empleos verdes y la innovación.
Desde los verdes buscamos impulsar la idea de que la verdadera riqueza está en el valor agregado y el conocimiento, no solamente en exportar materias primas brutas.
El cambio climático, la crisis hídrica, los conflictos socioambientales y el retroceso de políticas climáticas en algunos países tensionan la agenda verde regional. ¿Cuáles serán sus prioridades políticas para generar consensos mínimos en un contexto tan heterogéneo?
En un continente tan diverso, la prioridad es unirnos en torno a la defensa del agua y los derechos humanos. La crisis hídrica es un problema que cruza todas nuestras fronteras. Además, estamos trabajando en impulsar la implementación plena del Acuerdo de Escazú en todo el continente para proteger a nuestros defensores ambientales, porque si no protegemos a quienes defienden la naturaleza, no hay democracia posible.
Usted ha mencionado la importancia de la diplomacia verde y de una articulación global. ¿De qué manera Global Greens puede apoyar a los partidos latinoamericanos a ganar relevancia política y electoral, especialmente en sistemas donde las fuerzas tradicionales siguen dominando?
La Global Greens y la FPVA funcionan como una red de apoyo, que conecta directamente a todos los partidos miembros. Nos ayudamos de distintas formas, por ejemplo: mediante la formación técnica de líderes y el intercambio de estrategias políticas y electorales exitosas.
Además, la diplomacia verde nos permite amplificar denuncias, dándole respaldo político internacional a cualquier partido, o miembro del mismo, que sufra de alguna injusticia.
En Chile, la discusión sobre descentralización, crisis hídrica, gobernanza territorial y transición energética sigue abierta. ¿Cómo puede la experiencia internacional de la FPVA aportar insumos concretos para que la FREVS fortalezca su propuesta programática a nivel local y regional?
En este sentido, la experiencia comparada resulta vital. Podemos tomar ejemplos sobre cómo cuidar el agua o manejar la basura que ya funcionaron en otros gobiernos verdes de otros países y adaptarlos a la realidad chilena. La FPVA y los jóvenes verdes de las Américas tienen muchas ideas y proyectos que podremos tener a disposición de la FREVS, no solo a nivel de gobiernos locales, sino que también en el ejecutivo y parlamento.
Finalmente, ¿cómo proyecta su liderazgo en este nuevo rol? ¿Qué impacto espera generar tanto en la FPVA como en la política chilena, y cuál es su principal objetivo para los próximos dos años?
Quiero ser un puente entre el norte y sur del continente. Mi objetivo principal es que la Federación crezca, incorporando a aquellos países que ya tienen partidos verdes pero que aún no son miembros, para consolidar una verdadera fuerza en todo el continente.
Y en lo político, quiero que dejemos de ser vistos solo como activistas y demostremos que somos una opción real y seria para gobernar, validando así nuestra propuesta regionalista verde en Chile, demostrando que la FREVS no es un partido aislado, sino parte de una corriente global transformadora.


