Por Natalia Morales. Gerente del Consejo de Competencias Mineras CCM-Eleva
En Chile, cuando hablamos de minería nos referimos regularmente en toneladas, leyes de mineral o aportes al PIB. Sin embargo, en el contexto de la lucha contra las consecuencias del cambio climático, el ecosistema enfrenta un desafío igual de crítico que la producción: el desarrollo del talento en la minería.
Hoy, la minería no solo es clave para la transición energética; también juega un rol protagónico en el desarrollo del talento necesario para los desafíos de la industria.
Compromiso Minero surge precisamente como un espacio para articular esta mirada. Empresas, gremios, instituciones educativas y otros actores del ecosistema nos reunimos para demostrar que es posible una minería más sostenible, innovadora e inclusiva, que conversa con las comunidades, transparenta sus desafíos y reconoce el valor del talento local como motor del cambio.
Este aporte ha sido clave para visibilizar, vincular y poner en valor buenas prácticas mineras que muchas veces nacen de manera dispersa en los territorios y que, al conectarse, amplían su contribución.
En ese contexto, desde el Consejo de Competencias Mineras – Alianza CCM-Eleva, adherente de Compromiso Minero, ocupamos un lugar clave: construir puentes entre el mundo formativo y las necesidades reales de la industria.
A través de iniciativas como el desarrollo de “Activa tu Talento Minero”, conectamos a liceos y estudiantes con información actualizada sobre automatización, digitalización y operación remota en minería. Estamos transformando la orientación vocacional en una herramienta de concientización sobre las oportunidades laborales que ofrece la minería del futuro.
Pero lo más potente es ver cómo este estándar se replica entre los adherentes. Hoy vemos programas de formación dual en minería, iniciativas de robótica educativa en escuelas rurales; y programas de mentoría que impulsan la participación femenina en minería. La articulación de la industria minera y el ecosistema formativo es una realidad, la minería es una industria formadora.
Lo que estamos construyendo entre todos no son acciones aisladas, sino un sistema integrado de formación minera. Cuando una minera capacita, cuando un proveedor local se certifica o cuando un liceo técnico o CFT actualiza su malla curricular y obtiene el Sello de Calidad CCM, estamos asegurando formación pertinente para el futuro de las regiones.
Esa es la verdadera “buena práctica”: demostrar con hechos que, en la minería del futuro, el recurso más estratégico son las personas y sus capacidades.
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