Endeudamiento, problema con solución

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Por: David LLancao Silva.  Abogado PUC.  Asociado de Delta Abogados


Uno de los problemas más generalizados en nuestro país es el alto endeudamiento que las personas sobrellevan. Se transforma en un problema sin solución, pues las familias destinan un porcentaje mayor de sus ingresos a pagar al Banco, que a sus propios gastos o gustos. La gente comúnmente se transforma en “recaudadores” de las instituciones comerciales, donde el sueldo de las personas es licuado.

Aquello que los chilenos denominados “bicicleta”, suele terminar con la “cadena cortada”, o sea, comenzamos a dejar de pagar algunas deudas, y tapamos un hoyo con tierra de otro hoyo. Esa situación se denomina insolvencia.

Hasta hace unos años las personas naturales debían esperar que las instituciones financieras acreedoras comenzaran el largo, pero inexorable proceso de cobro, viendo como el patrimonio familiar desaparece, de manera desordenada, sin mucha lógica, llevándose bienes que ha costado años adquirir, y que aún peor, pese al remate de ellos, muchas veces a precios irrisorios, las deudas no se saldaban completamente.

A fin de cuentas, pese a que se llevaron todo, les sigo debiendo. A eso se suma el costo de tener que enfrentar diversos juicios, pagar honorarios de abogados para que los juicios no terminen en descalabros, sabiendo que sólo se gana tiempo y el mal final inevitable.

Hoy, existe una oportunidad para que esta pesadilla no ocurra.

La ley 20.720 creó la figura de la liquidación voluntaria para las personas naturales. Básicamente se trata de que las personas comunes y corrientes podemos acusar nuestro mal estado en los negocios, de modo que nuestros activos, los bienes que tenemos, sirvan para extinguir total y completamente nuestras deudas. Así, en un proceso ordenado, que lleva adelante el Tribunal respectivo y la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, a través de un liquidador, podemos vender nuestros bienes, a un precio justo, evitando múltiples juicios y gastos innecesarios, terminando con el pago de nuestras deudas, aun cuando de las deudas no se obtenga un monto similar al adeudado.

Al final del proceso, una persona queda sin deudas, eliminada de los registros comerciales y con un certificado donde consta que se han “eliminado” mis deudas. En castellano simple y puro, sin deudas y con posibilidades de reemprender.

Este panorama es muy distinto al que las personas naturales enfrentaban. Permite saber que, si bien se pierden los bienes del patrimonio, autos, casa u otros, el proceso tendrá fin.

Clave, en estos casos, es la respectiva asesoría de un abogado, que conozca el procedimiento, sea confiable y eficiente en esta materia. En Delta Abogados contamos con amplia experiencia en el proceso de liquidación nuevo y en las quiebras antiguas, de modo que estamos en condiciones de realizar este procedimiento sin mayores dilaciones, y de esta form entregar una solución concreta a un problema que aqueja a millones de chilenos.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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