Por: Andrea Espinoza. Abogada. Magister en Derecho LLM, PUC. Especialista en Derecho Público, Administrativo y Arbitraje. Socia de proyectos vitivinícolas. Escritora independiente y columnista de vinos e industria vitivinícola
Nuestro país, es constantemente destacado en el mundo entero por la calidad de sus mostos, continuamente premiados, reconocidos y posesionados en los mercados de mayor exigencia, consumidos en las mesas más prestigiosas del mundo. Con esa premisa deberíamos aproximarnos como país a consumidores muy conocedores y cada vez más especializados en la amplia variedad de cepas que el mercado nacional nos proporciona.
De esta manera, tanto especialistas como amantes del vino, debiesen conocer, distinguir, así como apreciar las propiedades mínimas de algunas de las cepas predominantes en el territorio nacional como lo son: carignan, viognier, syrah, sémillon, sauvignon blanc, Riesling, pinot noir, chardonnay, carmenére, cabernet sauvignon, cinsauit, malbec, petit verdot, país, merlot y cabernet franc, entre otras.
Es ese contexto, donde conversar y aproximarnos cada vez más a las singularidades, calidades, rasgos y atributos de nuestros vinos, debiera ser una constante en los consumidores, he ahí la tarea de los conocedores, especialistas y profesionales de la industria vitivinícola, de aproximar el conocimiento que no se localiza en la generalidad de las publicaciones e incentivar la curiosidad de nuestros compatriotas a descubrir otras cepas que no se encuentran en las recomendaciones usuales, a la hora de degustar el zumo de la vid.
Hoy conversaremos de Carignan, conocida en España como mozuelo o cariñera, esta tiene una génesis difusa en nuestro país, algunos sostienen que posterior a la década del cuarenta, se fomenta la mejora de la producción nacional post terremoto de 1939, para ello se importan estacas francesas de carignan para ser introducidas en el secano de la Región del Maule.
Ahora bien, las uvas tintas, curtidas, nobles y vetustas, proporcionan las características distintivas de esta cepa, las cuales proporcionan vinos de un gran carácter, aptos para la guarda, de color rojo oscuro intenso y brillante, cuenta con una acidez natural y una amargura intensa, solo aproximables a un adulto joven ingresando a aquella edad de reflexión y madurez que entrega la sabiduría y experiencia de los años. Cuenta con denominación de origen, bajo el nombre vigno, por la que se da a conocer al mundo.
Finalmente, este mosto por sus características, atributos y personalidad se recomienda maridar con carnes de sabor intenso como lo son el jabalí, conejo, embutidos, ahumados, quesos de guarda, entre otras muchas degustaciones. En suma y a pesar de su longevidad e intensidad esta variedad de vino es a mí parecer uno de los grandes vinos de categoría superior de nuestro país.
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